El tiempo es un valor que puede sumir en el olvido algunos recuerdos o servir de marco para enaltecer propuestas que saben mantenerse a lo largo del baile de las cifras, de los calendarios, de los péndulos.

Pero el tiempo es un agente exterior al que si queremos tener de nuestra parte deberemos de saber maniobrar para que no nos deje desnudos.

La apuesta por el envejecimiento de los cavas, o de los vinos espumosos, es una actitud que toman aquellos bodegueros que tienen un conocimiento del desarrollo de sus productos más allá de la posible razón.

Hacen una apuesta hacia el futuro, tratando de cerrar un ciclo que es resbaloso y difícil de definir. La opción del envejecimiento descarta, de salida, a un buen grupo de bebedores, que piensan que estos vinos están hechos para mostrar frescor. Gente que olvida, por lo general, que hay una imprecisa parte muy precisa que necesita del correr de los relojes y del sucederse de las hojas de los calendarios, del tiempo de silencio donde se perfilan las burbujas, para que los resultados finales puedan ser atípicos y muchas veces memorables.

Las tierras que ven nacer estas uvas de la variedad Chardonnay corresponden al Parque Natural de la Serralada de Marina, en el Alto Alella, un municipio catalán de la provincia de Barcelona, donde Josep Maria Pujol-Busquets y Cristina Guillén plantaron las primeras viñas en 1991. Una lengua de tierra en la que se practica la agricultura ecológica. Donde el cercano mar, que se divisa desde las zonas más altas de la finca, deja sus brisas saladas y sus notas de azul mediterráneo clásico. Un hermosísimo rincón donde se buscan variedades que puedan ir construyendo botellas que contengan el espíritu de un territorio que desde hace miles de años ha tenido en la viticultura un vestigio del paso del hombre. Del paso de los muchos hombres que sabían que estas tierras también estaban hechas para la crianza del vino.

PRIVAT EVOLUCIÓ CHARDONNAY tiene a sus espaldas un mínimo de 20/24 meses de crianza, lo que va a proporcionar a estas uvas de la familia Chardonnay, que tienen su origen histórico en las cepas Gouais Blanc y Pinoccio, una madurez sensata, equilibrada y muy respetuosa con su autenticidad.

Estos granos pequeños y redondo y adquieren un lánguido tono melón cuando alcanza su madurez. El resultado de su maduración produce un mosto suave y muy aromático, que nos propiciará vinos repletos de notas olfativas muy suculentas y agradables.

Estamos ante un cava de larga crianza, que es como decir ante una obra de reflexión. Ante un vino complejo que requiere que le dediquemos un tiempo de atención que denota nuestro deseo de entablar una diálogo . No estamos ante unas burbujas ligeras, repletas de sonrisas juveniles. Aquí, esa fina carrera ascendente de finísimas burbujas, han sabido captar el tiempo. Con lo que nos encontramos ante la posibilidad de ingerir un espacio de armonía temporal que además ha sabido respetar a la naturaleza como éste se merece, con un tratamiento orgánico, para poder recibir de la tierra toda esa cantidad de riquezas que la costa mediterránea por ofrece.

Nariz que sin ser de una profanidad y potencia sorprendente no muestra las propiedades de una uva que siempre va a poder trasmitir acideces cinceladas a fuerza de silencio.

PRIVAR EVOLUCIÓ CHARDONNAY es un cava que exige una ingesta lenta, atenta. Así podremos saborear el trabajo que el tiempo ha hecho sobre las uvas y su fermentación y posterior desarrollo. Un vino importante, para momentos donde queramos vivir con una tranquilidad notable.