La Festa dos Callos, celebrada ayer en A Reiboa, repartió cerca de 1.700 raciones en un día climatológicamente propició para degustar este sabroso plato.

El evento gastronómico estuvo organizado por la Asociación de vecinos Boureante de San Xoán de Poio con la finalidad de recaudar fondos para poder participar en actividades tradicionales a lo largo del año como pueden ser los carnavales o los maios.

Los muchos asistentes que acudieron a esta fiesta gastronómica agotaron prácticamente las existencias y eso que la organización aumentó en 200 el número de raciones con respecto a la pasada edición.

El precio por el plato de callos era de 6 euros e iba acompañado de vino y pan, además de la cazuela de barro conmemorativa de este evento gastronómico.

Los cocinero echaron a la tartera 600 kilos de carne y 175 de garbanzos que fueron cocinados por ocho persona, a las que sumaron otras veinte que colaboraron en la carpa instalada en A Reiboa.

Los asistentes que acudieron a esta fiesta, que cumplió ayer su octava edición y que empieza a ser ya un clásico en el municipio de Poio, también pudieron optar por degustar otros platos típicos como pulpo o empanada para ir abriendo boca.

La fiesta comenzó en la noche del pasado sábado con la apertura de la carpa y la celebración de un Serán para animar la ardua tarea de la preparación de los callos. Una vez más, en esta cita no faltaron las actuaciones musicales a cargo de las agrupaciones de la Escola de Música Tradicional y de Os Alegres.

El tiempo y el descenso de la temperatura en el día de ayer acompañó a la fiesta y eso animó a que muchas personas, familias en la mayoría de los casos, a acudir hasta la zona de A Seca para la degustación de este plato.