La del 2014 será una añada típica de Rías Baixas, con buena acidez y la frescura que caracteriza a estos vinos. Lo anunció el presidente de la Denominación de Orixe, Juan Gil, que incidió en que "no ha terminado toda la vendimia, quedan flecos y por eso no tenemos datos cerrados, en la última reunión dependíamos de la evolución del tiempo tras el susto de la lluvia en la semana anterior a la vendimia". Finalmente, mejoró la climatología y la cosecha se hizo con "sensatez y calma", añade la misma fuente.

Así, la previsión es que se pasará de los 23 millones de kilos vendimiados y la calidad de la uva que entró en las bodegas es "excelente", señaló Juan Gil, "sana y limpia", lo que permitirá recuperar el color y sabor clásicos de los Rías Baixas, a diferencias de añadas, como por ejemplo la de 2010, con una cierta carencia de acidez.

El presidente de la D.O. Rías Baixas realizó estas declaraciones durante la presentación, ayer en el Pazo Provincial, del concurso de ideas para encontrar una nueva nomenclatura y una imagen bajo las que comercializar los espumosos de la denominación.

El presidente de la Diputación, Rafael Louzán, recordó que "en los dos o tres últimos años se dan condiciones favorables para el consumo de espumoso, pero quizás este calificativo no es el más adecuado, por eso esta iniciativa que busca dotar de una identidad propia" a este producto.

Solo en Europa se comercializan una treintena de espumosos, caso del cava producido en el noreste peninsular, el xamprada del Bierzo, el champán en Francia, el sekt alemán, el lambrusco o el prosecco en Italia, el bairrada en Portugal. Todos ellos tienen en común que son vinos con gas disuelto (gas que se obtiene tras una segunda fermentación en botella o, en ocasiones, en depósitos) pero sus distintos nombres no pueden ser utilizados por otras denominaciones.

Así, tanto el nuevo nombre como la imagen que se busca para los espumosos gallegos persigue "que no de sensación de un vino de calidad inferior, hablamos comparativamente con el cava o el champán", señala el presidente provincial.

Éste subrayó que los espumosos de Rías Baixas ha tenido en los últimos años "un atractivo importante en el mercado, pero su identificación no se corresponde con la calidad que tienen; es un segmento de mercado importante que quizás no está aprovechado en toda su intensidad".

En semejantes términos se pronunció Juan Gil: "Espumoso es un genérico y lo que buscamos es un nombre que identifique mejor a los nuestros y más bonito, así nos lo había señalado el Plan Estratégico que realizó Novacaixagalicia". Coincidió con Rafael Louzán en que es un producto "con largo porvenir, la normativa tiene solo dos años y estos espumosos tienen un recorrido importante".

Los equipos de trabajo interesados en este concurso tendrán de plazo hasta el próximo día 16 para presentar sus propuesta, que serán evaluadas por un equipo calificador formado por dos profesores de la Universidad de Vigo, representantes de la Denominación de Orixe Rías Baixas y el director de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro.

La idea de los convocantes del concurso es que el nuevo nombre y la imagen de los espumosos reflejen "los atributos de los vinos atlánticos, su frescura, y además asocien los espumosos a la burbuja, la alegría y la fiesta, los conceptos de chispeante y atlántico".

Por otra parte, Juan Gil se refirió a las diferencias entre viticultores y bodegas por el precio de la uva. Incidió en que "el futuro pasa porque el modelo tradicional de viticultora se mantenga" y destacó que "las empresas deben de ser lo suficientemente sensatas para remunerar suficientemente al viticultor, el último acuerdo era no pagar nunca por debajo de lo que cuesta producir".

Asimismo, dejó claro que "no hay constancia" de que se esté importando uva foránea. Tras afirmar que "no se puede poner la mano en el fuego por nadie" recordó que esas prácticas no son habituales, "lo que si ha habido", destacó, "son bulos sobre ello".

Reducción de la producción

Al concluir su vendimia, varias bodegas del Umia concluyen que no solo se reducirá la producción sino también la graduación de los vinos; en paralelo, se incrementará su acidez.

Productores consultados en la semana de vendimia por FARO apuntaban a una cosecha escasa "pero que dará vinos de calidad". Aseguran que podrá reducirse la graduación hasta situarse alrededor de 12,5.

También la Consellería de Medio Rural constata una reducción de la producción, hasta en un 30%.

En las más de 23.000 parcelas que producen uvas para la denominación se reduce la producción debido a una mayor temperatura anual en 2013, a las plagas y al exceso de lluvia.