Muchas personas, algunas sin problemas reales de peso, se someten a los rigores de una dieta, sobre todo ahora, con el buen tiempo. Las opciones de régimen adelgazante son infinitas, pero hay algunos alimentos que, a dieta o no, siempre están muy presentes en el menú de quienes no quieren engordar.

Dejando de lado los denominados 'light', se trata de alimentos que se eligen por su escaso aporte energético, por la ausencia (o poca presencia) de grasa o, a veces, simplemente porque tienen una fama (dudosa) de 'adelgazantes'. Porque, de hecho, ningún alimento adelgaza, entendiendo por tal reducir las reservas grasas del organismo con la correspondiente disminución de peso.

Es el conjunto de la dieta la que consigue un efecto adelgazante cuando no cubre los requerimientos energéticos de la persona en cuestión. Sea como sea, la lista de alimentos típicos 'de dieta' es cada vez más larga y sofisticada. Hay verdaderas tendencias en este ámbito, que se reinventan cada año. Ahora bien, hay algunos clásicos que nunca fallan.

Espárragos en conserva

Es inevitable hablar de ellos porque han tipificado durante mucho tiempo el plato ligero por excelencia. Los espárragos de lata o bote son realmente muy ligeros(20-24 kcal/100 g) y contienen una cantidad elevada de fibra. Por tanto, son perfectos para una dieta ligera.

Ahora bien, también llevan una buena dosis de sodio (230-250 mg/100 g), tienen un precio notable y, por supuesto, menos vitaminas que los espárragos frescos. Aun así, es una opción válida para comer ligero sin tocar la cocina. Siempre que no se acompañen de una ración generosa de mayonesa, claro.

Jamón york

El jamón york o cocido es otro clásico indiscutible. Cuando se trata de un jamón york extra de calidad tiene realmente un alto contenido proteico, poca grasa y un aporte energético discreto (100-120 kcal/100 g).

Pero, al igual que con los espárragos, uno de sus problemas es el alto aporte de sodio -curioso teniendo en cuenta que se le llama jamón dulce-, que puede superar el 1% de su peso. Por lo demás, es una buena opción, siempre que se elija un producto de calidad.

Tostadas

Se ha dicho mil veces que no son la panacea, pero siguen siendo uno de los farináceos preferidos cuando se quiere perder peso.

Son prácticas, con buen sabor y de poco peso, si bien no son menos energéticas que el pan fresco. Hay diferencias según sean integrales, de cereales u otras.

En general, suponen unas 300-350 kcal/100 g, bastante más que el pan fresco, y tienen un menor poder saciante. Eso, sin contar que algunas contienen dosis notable de grasa.

Manzana

No es casualidad que sea un símbolo de salud. La manzana no es milagrosa, pero tiene un montón de virtudes dietéticas: el alto aporte de fibra soluble, su poder saciante, su contenido en polifenoles y el ser una fruta bien tolerada por casi todos la hacen ideal para estar presente en una dieta de adelgazamiento.

Ahora bien, tiene un aporte vitamínico moderado, y si no está en un buen punto de madurez, puede resultar un tanto indigesta. En cualquier caso, es una de las frutas que elegir todo el año.

Limón

Depurativo, desintoxicante o quemagrasas son sólo algunas de las múltiples propiedades que se atribuyen a este aromático cítrico.

Lo cierto es que contiene una dosis considerable de vitamina C y una cantidad elevada de potasio y antioxidantes. Pero también es cierto que no es lo más adecuado para el esmalte dental ni para los estómagos delicados. Ahora bien, es el condimento perfecto y ligero para ensaladas, carnes y pescados, salsas y zumos. Y, pese a lo que se crea, ni quema la grasa ni limpia el organismo.

Queso de Burgos

Tiene un sabor suave, un contenido elevado de agua y poca grasa. Aun así, puede llegar a las 180-200 kcal/100 g según el tipo.

Es más ligero y digestivo que otros quesos, pero con menos calcio y nutrientes. Y contiene una cantidad que tener en cuenta de sal (aunque los hay "sin sal").

Es el queso rey de la dieta, pero, como todo alimento, debe dosificarse.

Tortitas de arroz

Son deliciosas, etéreas y con poca grasa, un picoteo perfecto y un buen complemento dietético, se esté o no a dieta.

Ahora bien, no tienen propiedades especiales ni son light, como a veces se cree. En realidad, su escaso aporte energético obedece a su poco peso (8-10 g/unidad), porque 100 g de tortitas de arroz suponen unas 350 kcal.

Su elevado contenido en sodio es otro aspecto que tener en cuenta. Es preferible elegir las que tienen poca sal y están elaboradas con arroz integral.

Yogur desnatado

El yogur es un lácteo, un tipo de leche fermentada, que siempre es recomendable. Es un elemento que no suele fallar en las dietas de adelgazamiento. Claro, siempre que sea no azucarado y con poca grasa (mejor abstenerse de los enriquecidos y griego). Es nutritivo y perfecto para comer sano y ligero y cuidar la flora intestinal.

La mejor opción es el yogur natural: con sólo un 3% de grasa y unas escasas 50-55 kcal/100 g, tiene un poder saciante considerablemente mayor que el yogur desnatado y es más nutritivo.

Cereales con fibra

Son los reyes del desayuno y es verdad que pueden sustituir con ventaja a la bollería o las galletas convencionales.

Ahora bien, que nadie crea que este tipo de producto sólo tiene ventajas. La mayoría de los cereales, aunque preconicen ligereza, tienen un considerable contenido de azúcar y superan las 350 kcal/100 g.

Nutritivos y deliciosos lo son; ligeros, no tanto...

Atún sin aceite

Es un ingrediente fijo en cualquier despensa, se esté a dieta o no. Sin embargo, cuando se aligera la dieta, se pasa de la lata convencional de atún en aceite a la de atún al natural, que contiene menos grasa y, por tanto, menos energía.

Es un buen alimento, pero como en otros casos, no hay que abusar. Primero, por su contenido en sodio, elevado, pero además, porque aporta una dosis nada despreciable de mercurio. Por tanto, hay que evitar la monodieta de ensalada de atún.