Hasta ahora ningún espumoso contó con contraetiqueta del consello regulador Rías Baixas. El reglamento que lo permite ya ha sido aprobado y contempla que los vinos que quieran tener esa consideración deben aguantar un procedimiento de un mínimo de nueve meses usando el "método tradicional" para la elaboración de espumosos.

Este método es el mismo que se usa para hacer el champan o el cava y consiste en que tras la fermentación normal, el vino se somete a una segunda fermentación en una botella añadiendo una levadura especial que producirá las burbujas y la vigorosidad característica que hace que el corcho salga despedido debido al dióxido de carbono que se creó dentro de la botella.

La cooperativa Eidosela, ubicada en la localidad de Sela, en Arbo, comenzó ayer el "tiraje" de las primeras 6.600 botellas de su albariño con burbujas "para poder llegar a tiempo a las próximas navidades", explica José Antonio García, secretario del consejo rector de la cooperativa.

Este espumoso surgió para poner en marcha un vino especial de brindis con un as en la manga: el albariño. "La uva albariña es muy buena y el vino que se elabora con ella es extraordinario, y creemos que un albariño espumoso será algo fuera de serie, por eso hemos querido poner en marcha el proyecto", aseguró el portavoz de la bodega. "Pensamos que será un producto muy bueno, creemos que seremos los primeros con un espumoso acogido por la denominación de origen tras los ensayos que se realizaron", añadió.

Al proceso de embotellado acudieron varios técnicos del Consello Regulador y una representante de la Consellería de Medio Rural. "Para hacer el vino base hemos puesto nuestro mimo en la elaboración, logrando un caldo de 9-10 grados de alcohol, con uvas de poca graduación y poca acidez. Hemos comenzado el "tiraje", que es el proceso de sacarlo del depósito de 5.000 litros donde lo hemos tenido este tiempo y lo embotellamos cerrando cada botella con un chapa similar a la de una cerveza con levadura dentro. Ahí reposará nueve meses, que es lo mínimo que exige Rías Baixas. Después se realiza el degüelle que consiste en enfriar la punta de la botella, retirar esa chapa y los sedimentos de la levadura, y meterle el corcho natural y el alambre por fuera, para que no salte con la presión".

El producto final estará listo para ponerlo en venta a principios de diciembre. "Nosotros estuvimos pidiendo al Consello Regulador que se dieran prisa no el reglamento porque el tiempo pasa rápido y tras encorcharlo hay que etiquetarlo y llevarlo a las distribuidoras...", explica García.

La bodega quiere presentarlo como "Eidosela espumoso" y pretenden ponerlo al mercado a un precio popular "aunque este debe compensar el proceso de elaboración", matiza, por lo que siempre será más caro que el albariño de Eidosela. La cooperativa cree que el proyecto tendrá buena acogida "porque los espumosos son muy bien acogidos por el mercado".

La cooperativa, con 60 socios todos amparados por la denominación de origen Rías Baixas, comenzó su andadura en 2007 y elabora dos albariños –uno de ellos en barrica– y un condado.