La famosísima tarta Red Velvet es un postre perfecto para celebrar San Valentín. Su color rojo aterciopelado y su dulce sabor enamora todos los que la prueban. Además, aunque parece complicada de realizar, su elaboración es bastante sencilla. Con la tarta Red Velvet conseguirás un regalo perfecto para celebrar el dia de los enamorados que sorprenderá a la pareja, por la dedicación y el cariño que supone elaborarla.

Ingredientes para la tarta Red Velvet, un pastel para San Valentín (Con un molde redondo de 23 cm o uno en forma de corazón):

Para el bizcocho del pastel para San Valentín

- 250 g Harina de trigo

- 250 g Azúcar

- 3 Cucharadas de leche

- 1 cucharadita de Cacao puro en polvo (no vale ningún cacao de desayuno)

- 1 Cdta. Sal

- 1 Cdta. Esencia de Vainilla

- 1 Cdta. Vinagre

- 1 Cdta. Colorante rojo (el colorante mejor en gel que líquido)

- 1 Sobre levadura química (14-15 g)

- 2 Huevos grandes

- 200 g de Aceite de girasol

- 1 Yogurt natural o griego

Para el glaseado del pastel para San Valentín

- 600 g Queso de untar

- 300 g Azúcar glas (en polvo)

- 200 g Mantequilla en pomada ( a temperatura ambiente)

- 1 Pizca de sal

- 1 Cdta. Esencia de Vainilla

La tarta Red Velvet, el pastel ideal para San Valentín, paso a paso:

- Primero tamizamos con un colador fino todos los ingredientes secos: la harina, el cacao en polvo, el azúcar, la cucharadita de sal que es para el bizcocho y la levadura. Así evitaremos los grumos.

- Si tenemos una máquina de varillas la utilizaremos para montar los dos huevos alrededor de un minuto. Si solo podemos hacer el postre a mano, lo mejor es separar las claras de las yemas para montarlas por separado y así lograr un bizcocho más esponjoso. Después de mezclarlas las juntamos y añadimos el aceite poco a poco sin dejar de batir.

- A continuación, y sin parar de batir, añadimos la cucharadita de vainilla, el yogurt y la cucharadita de colorante rojo en crema. Finalmente añadimos el vinagre y si contamos con la máquina de varillas continuaremos batiendo con ella para añadir los ingredientes secos. Si no, es mejor utilizar una espátula para incorporar la harina, el cacao, etc. a cucharadas y poco a poco, con movimientos envolventes. Mientras, podemos precalentar el horno a 180º. Por último añadiremos las 3 cucharadas de leche para que la masa no quede muy espesa.

- Lo dejamos reposar y mientras enmantequillamos el molde y lo enharinamos para que nos resulte más fácil desmoldarlo luego. Echamos la masa en el molde y le damos unos golpecitos contra la mesa para que las burbujas de aire suban y exploten.

- Lo introducimos en el horno a media altura a 180º cerca de unos 40 minutos. Cuando finalice el tiempo podemos pinchar el bizcocho para ver si la aguja sale limpia, que será el indicador de que nuestra tarta está hecha.

- Mientras dejamos enfriar el bizcocho podremos hacer el glaseado de la tarta Red Velvet. En la batidora de varillas limpia o a mano introducimos el queso crema, la mantequilla (muy ablandada, como una pomada o crema), la cucharadita de esencia de vainilla y la sal. Batimos todo muy bien y mientras le añadimos el azúcar glas poco a poco sin dejar de batir. Tendremos que batir hasta lograr una crema muy espesa y dura, que forme picos, muy parecida a la nata montada.

- Reservamos en la nevera la crema de mantequilla y, si el bizcocho se ha enfriado del todo, lo desmoldamos por completo y lo cortamos en tres láminas (si contamos con el corta tartas nos quedarán unas láminas más uniformes, aunque podemos hacerlo con un cuchillo).

- Para la decoración colocamos otra vez en el molde la parte superior del bizcocho como base de la tarta (la parte superior es la que está más abombada y quedaría desigual como tapa de la tarta). Entonces rellenamos con crema (medio dedo de grosor) y añadimos el centro del bizcocho. Añadimos más crema (toda no, tiene que sobrar bastante para la decoración exterior) y le colocamos, por último, la base del bizcocho como tapa, ya que es la parte más lisa.

- Quitamos los bordes del molde para poder decorarla y metemos un poco de crema en una manga pastelera con una boquilla rizada para poder decorarla al gusto. Con la crema sobrante cubriremos por completo la tarta con una espátula de forma delicada para que quede completamente blanca. Entonces podemos hacer copetitos con la manga pastelera por los bordes y remarcar la forma de corazón. Solo queda decorarla al gusto, con flores, chocolate rallado... para darle más color ¡Y listo!

Consejo

Para la creación de este postre no es necesario contar con una máquina de varillas, pero nos ayudará mucho a la hora de montar la ´Butter cream´ o crema de mantequilla. Además también tendremos que preparar esta tarta al menos con un día de antelación, ya que primero debemos elaborar el bizcocho y después la crema de mantequilla que incorporaremos a la tarta cuando ésta esté fría.