Tras sus problemas en Estados Unidos, donde no logró la ciudadanía norteamericana, Luis Buñuel marchó a México para una breve estancia. Pero esos pocos días se convirtieron en quince años (1946-1961). A comienzos de 1954 realizó su primer viaje a Europa en casi una década. El festival de Cannes le invitó a formar parte del jurado, presidido por Cocteau. Allí, disfrutó de la estancia y hasta creó un cóctel, el buñueloni, una versión del negroni con Carpano, Cinzano dulce y su ginebra favorita: Beefeater.

A Buñuel le gustaba mucho Chicote, plagado de bellos recuerdos. También el Oak Bar del hotel Plaza en Nueva York. Solía decir a sus amigos: "Si pasas por Nueva York y quieres saber si estoy allí, ve al bar del Plaza a las 12. Si estoy en Nueva York, allí me encontrarás". Buñuel regresó a Los Ángeles, donde Georges Cukor le invitó a un almuerzo con comensales como Alfred Hitchcock, Billy Wilder, Robert Wise o John Ford, que le acogieron con los brazos abiertos. Un año más tarde, recibió el Oscar por El discreto encanto de la burguesía. Para Ese oscuro objeto del deseo, eligió a Maria Schneider, la protagonista de El último tango en París de Bertolucci. Viajó a Barcelona, donde ella se encontraba rodando El reportero de Antonioni. La actriz hizo una buena prueba, pero luego Buñuel revisó el material rodado y comprobó que no funcionaba. La droga había apagado a la actriz. Esa misma noche Buñuel y el productor Silberman, después de varios martinis en el bar del hotel, decidieron sustituirla y elegir a dos actrices para el mismo papel: Ángela Molina y Carole Bouquet.

Como dice Buñuel en su autobiografía, Mi último suspiro: "El bar es para mí un lugar de meditación y recogimiento sin el cual la vida es inconcebible; en los bares he pasado largos ratos de ensueño, hablando rara vez con el camarero, invadido por cortejos de imágenes a cuál más sorprendente. El bar es un ejercicio de soledad, es una ceremonia". Su bebida favorita: el dry martini. Buñuel explica cómo preparaba el martini: "Pongo en la nevera todo lo necesario: copas, ginebra y coctelera, la víspera del día que espero invitados. Tengo un termómetro que me permite comprobar que el hielo está a unos 20ºC bajo cero. Sobre el hielo sirvo unas gotas de Noilly Prat y media cucharadita de café de angostura, lo agito bien y tiro el líquido, conservando el hielo ligeramente perfumado; sobre este hielo vierto la ginebra, agito y sirvo".

El 29 de julio de 1983 Luis Buñuel sonrió desde el cielo.

El Dry Martini lo preparamos en coctelera: 2/6 de gin Bombay Original, 2/6 de Grand Marnier rojo, 1/6 de zumo de naranja y 1/6 de zumo de limón. Batimos durante unos quince segundos y servimos en copa de cóctel. Sin adornos. Es una de los combinaciones más solicitadas en bares cosmopolitas.