JULIO PÉREZ | VIGO

Cerdo al espeto. Vino. Setas. Almendrados. Cañas de crema. Vieiras. Tarta de Santiago. Pimientos de Herbón. Pan. Empanada. Almejas. Tortilla. Percebes. Habas. Y, por supuesto, caldo gallego. Los casi cuatro minutos con los que The Recipe Hunters (Los cazadores de recetas) resumen su paso por Galicia son, sin duda, una carta de exquisiteces de la cocina de la región capaz de seducir a los paladares más exigentes. Porque, además, todo aquí, se cocina "con mucho amor".

Detrás de estos cazadores de manjares esta Corporación de Patrimonio Culinario, una organización sin ánimo de lucro con sede en Nueva York, con Leila y Anthony al frente desde su creación en mayo de 2015. "Su objetivo es proporcionar al público una perspectiva natural y saludable sobre la forma con la que la gente vive y come en los hogares de todo el mundo", aseguran. Así que estos dos antropólogos de la gastronomía trotan de país en país recorriendo el planeta y mezclándose con la gente para recopilar recetas tradicionales y llevarlas a la cazuela con ellos. Acaban de pasar por Galicia, "un lugar hermoso", con gente "super agradable" y una comida "maravillosa".

En las imágenes se les puede ver de vendimia, elaborando pan artesanal o compartiendo pesca con mariscadoras de la ría de Muros y Noia. En el auga, los cazadores de recetas destacan que es un trabajo que se pasa en muchos casos de generación en generación.

Y no podía faltar el que, como Leila y Anthony recuerdan, es la estrella de la costa gallega. El percebeiro Alberto les explica los enormes riesgos de su día a día. "Los percebes crecen zonas donde los pescadores arriesgan sus vidas y desafían olas turbulentas", recuerdan. "Obviamente fuimos a una zona más tranquila durante la marea baja". Su sabor: "un bocado de mar". "Una experiencia increíble".

Uno de los momentos más llamativos viene con la prueba de los pimientos de Herbón. Los que pican, sí. "Estoy sudando por todas partes", confiesa, casi entre lágrimas, Anthony.

"¡Gracias a todas las familias gallegas que nos llevaron a sus hogares y nos abrieron sus corazones! ¡La comida gallega, la gente y el paisaje son increíbles!", lanzan como mensaje final.