NELI PILLADO | VAL MIÑOR

Jamás habrían imaginado Esperanza Araújo Colmenero y Gumersindo Copena Diz que su panadería, fundada en Gondomar allá por 1880, inspiraría la creación de hasta cuatro empresas relacionadas con la repostería y que su legado permanecería vivo hasta la quinta generación. Tampoco sospechaban a finales del siglo XIX que sus descendientes alcanzarían el éxito en su territorio, ni mucho menos que sus productos causarían furor en la capital española. Pero así ha sido. Dos de los negocios que hoy regentan la cuarta y quinta generación de la centenaria saga Copena prueban suerte en Madrid. Una de ellas, la conocida heladería Gamela de Baiona, ya ha consolidado su sucursal en el madrileño barrio de Chueca. Hasta Condé Nast Traveller, la publicación de viajes de la revista Vanity Fair la recomienda a sus lectores.Condé Nast TravellerVanity Fair La otra, la nueva tienda Copena de la localidad de Alcorcón, acaba de inaugurarse y ya vislumbra buenos resultados en tan solo unas semanas de actividad.

Aquel recordado matrimonio de emprendedores tuvo siete hijos. Solo dos de las mujeres continuaron la tradición familiar con sus afamadas recetas de trenza y bica, entre otras, mientras veían triunfar a su hermano Manuel Copena Araújo, "Nolete", como futbolista en el Real Club Celta. Mucha se quedó en el establecimiento de sus padres y son sus nietos los que la dirigen hoy. Son sus dulces los que se venden hoy en la tienda creada por su primo Juan Carlos Pantoja en un polígono comercial de Alcorcón. "Llevamos muy pocos días pero la oferta está gustando. El que prueba las tartas repite", explican.

La heladería viene de la rama de Josefa, otra de las descendientes de los fundadores que se trasladó a Camos al casarse y fundó allí en 1920 la conocida en la actualidad como Kopena Camos. Sus hijos y nietos siguieron el negocio y abrieron despachos en Baiona y Nigrán. Fue Isabel Alborés, una de ellas, la que cumplió su sueño de elaborar y vender helados en una comarca cada vez más turística y abrió la primera Gamela en 1986 en la Avenida Elduayen de Baiona tras un período de formación en Italia, Alicante y Madrid. La firma ya tiene dos tiendas en la villa real, otra en Praia América y, desde hace un año, la madrileña, que dirige su hijo Bruno. "Estamos muy contentos con los resultados después de un año. Empezamos como una aventura y ahora es una parte importante del negocio. La gente nos decía en Baiona que teníamos que llevar los helados fuera y nos lanzamos. Hemos encontrado un público diferente y seguimos innovando", comenta su hermana María desde uno de los negocios de Baiona.