Uno de los placeres para aquellos que comienzan a interesarse por la cerveza artesana es encontrar aquella con la que mejor se identifican. Porque no, no solo hay rubia o negra. Luís, co-fundador de Meiga, explica que "aquí la cultura cervecera estaba impuesta por las lagers hechas con maíz y arroz, de poca calidad y que solo fría eres capaz de beber".

La cerveza artesana se diferencia de la industrial principalmente en el proceso productivo y, por tanto, en el resultado final. Según comenta Alberto de Menduiña, la artesana destaca porque "está viva", el gas se genera en la segunda fermentación que tiene lugar en la botella, mientras que en la industrial el CO2 se le inyecta. Por ello, la cerveza tiene poso, aunque los primerizos crean que la bebida esté en mal estado.

Quizás la primera sensación al probarla sea "extraña", bien porque no estás acostumbrado a un sabor tan fuerte -dependiendo del tipo- o bien por los diferentes matices que tiene. Pero no tires la toalla, como explica Isabel de Galician Brew, el paladar se va acostumbrado a los nuevos sabores "antes te bebías una cerveza por sed y ahora te paras y la disfrutas, sabes detectar los matices cítricos o a caramelo, por ejemplo".

Cinco cervezas artesanas gallegas con historia

Esta es la riquiña historia de cinco marcas de cerveza artesana cuyos fundadores empezaron produciendo en casa a modo de hobbie hasta que decidieron convertir su afición en su trabajo. Con Galicia siempre presente como uno de sus signos de distinción, en sus nombres y también sus cervezas:

1. Nós

La marca, fundada por Raúl y Xulio en Mos, se registra en el 2014, aunque los experimentos caseros comenzaron en torno al año 2009. "Empezó como un hobbie en casa con los kit, pero luego decidimos dar el paso a hacerlo nuestra profesión", explica Raúl. El año pasado produjeron 70.000 litros, pero la idea es aumentar la producción.

Los diseños de los siete tipos de cervezas fueron realizados por seis personas diferentes. Raúl destaca la etiqueta de la Extra Hops, realizado por Davila, dibujante de FARO, que caricaturiza a los dos socios en su "microfábrica" de Mos.

2. Áncora

Nacieron con el nombre de "Meiga", pero por problemas de copyright -no habían registrado la marca- tuvieron que cambiarlo. Esteban cuenta que el nombre perfecto llegó durante una noche de borrachera con amigos y ahora mismo les gusta incluso más que el anterior. "Áncora representa Galicia, el mar. Yo soy de Chapela y vengo de familia de marineros. Pero además nos gusta la vinculación del ancla con el tema de los tatuajes". Y es que "Áncora", tanto sus botellas como sus creadores, no se entienden sin sus tatuajes. Las originales etiquetas que lucen sus cervezas, obra de su amigo Roberto, tienen rasgos de Old School.

"Áncora" se produce en Ourense desde hace cinco años, aunque como cuenta Esteban -uno de sus fundadores- él junto a su socio Martín comenzaron realizándola para consumo propio seis años antes. Les fascinó así que, de manera autodidacta y haciendo cerveza por diferentes puntos de España, fueron aprendiendo el oficio.

El año pasado produjeron 100.000 litros además de dirigir dos cervecerías propias, una en Ourense y otra en Santiago de Compostela. Sin embargo, Vigo es donde mejor funciona su producto, según cuenta Esteban.

3. Menduiña

El doble sentido y Galicia están presentes en varias de sus cervezas, como por ejemplo la ahumada María Soliña, dedicada a esta canguesa que murió en la hoguera acusada de meiga por la Inquisición.

Otra de sus cervezas "a la gallega" es Lobishome, Alberto comenta que le quisieron dar un toque "da terra" con cáscara de lima fresca y laurel, ya que esta última especia es típica de la gastronomía gallega.

Actualmente producen 12.000 litros y cultivan parte del lúpulo que utilizan, pero la historia de "Menduiña" comienza al otro lado del Atlántico. Alberto y su mujer conocieron el producto en Argentina, donde se encontraban por trabajo. En el 2002 empezaron con las recetas en casa y ya en Cangas -siendo una de las marcas pioneras en el sector en Galicia- comenzaron a crear Menduiña en el 2008, pero no sería hasta el 2011 cuando se consolida como marca.

4. Galician Brew

Para Isabel, fundadora de Galician Brew, todo comienza hace 12 años. Esta sevillana de raíces gallegas comenzó abriendo una innovadora cervecería internacional en el 2005; dos años después, se aventuró con las cervezas caseras hechas en la bicentenaria bodega de sus abuelos y en el 2015, animada por todos los que probaban su receta, nació Galician Brew.

Entre su producción -24.000 litros al año- Isabel diferencia dos tipos: la artesana convencional y la ecológica certificada. Además, comenta que están a punto de realizar una cerveza de "cosecha propia", ya que este mes recogerán el lúpulo que ellos mismos han plantado. Esta será su cerveza más local ya que el agua, que supone un 90% de la bebida, proviene de un manantial de Mondariz.

Pero no solo Galician Brew tiene una curiosa historia, también el nombre de sus bebidas. Según cuenta Isabel, Miña Terra Galega es una cerveza de doble sentido: es una American Pale Ale a la gallega, al igual que la canción que da nombre a la bebida, que es la versión gallega de la canción americana "Sweet home Alabama", hecha por Julián Hernández.

El nombre de Curuxa honra la cuna de sus primeras cervezas. Cuando era pequeña Isabel cuenta que bajaba a la bodega de sus abuelos y sentía que había personas respirando a pesar de que la bodega estaba en desuso. Más tarde, descubrieron un nido de curuxas.

El cuidado diseño de las etiquetas es obra de Caramuxo, uno de los diseñadores gallegos que trabaja con Rei Zentolo.

5. Meiga

Cada una de sus cervezas tiene un mote que identifica su receta, cuenta Luís, "por ejemplo, la Meiga Panadeira es una Special Weizen de trigo". Por otra parte, Luis destaca su cerveza más autóctona, elaborada con lúpulo que plantan ellos mismos en Poio.

La marca nace en el 2014 de la mano de dos amigos amantes de este producto, Luís y Andrés. Sin embargo, para Luís todo empezó por el año 2000, mientras estudiaba ingeniería industrial "desde que probé las que hacían en Bélgica, Alemania, Inglaterra... en general, todo lo que sea de los Pirineos para arriba, me fascinaba". Dos años más tarde, empezó a realizar sus primeras bebidas en casa hasta que se unió su socio, Andrés Granero.

El año pasado realizaron 25.000 litros, aunque tienen previsto triplicar la producción. El diseño de sus etiquetas corre a cargo de Javier Núñez Ares aunque recientemente cuentan con la colaboración de Ana Francisco y Jorge Vázquez.

Cómo se hace la cerveza artesana

Aunque también existen variantes aromatizadas con chocolate, café, frutos rojos... para realizar una buena cerveza tan solo se necesitan cuatro ingredientes: agua, cereal malteado, lúpulo y levadura.

Según explica Alberto de "Menduiña", el tiempo que tarda en realizarse varía según el tipo, pero lo mínimo es un mes. Esto se debe a que la bebida sufre una doble fermentación, primero en barrica para generar el alcohol y después en botella para obtener el gas.

El co-fundador de la marca canguesa explica los diferentes pasos del proceso en este vídeo