SUSANA REGUEIRA | PONTEVEDRA

A las 4 de la madrugada dio comienzo el asado de los porquiños, el plato central de la fiesta gastronómica que celebra cada año la Asociación Gastronómica e Cultural de Amil, colectivo que ayer movilizó a una veintena de sus integrantes para que todo estuviese a punto para cuando llegaron los comensales.

Éstos degustaron finalmente 130 porquiños, una cifra que la organización considera "ideal para hacer una fiesta controlada, si atendiésemos a toda la demanda llegaríamos a 200 pero la fiesta sería incontrolable y nuestra idea es que se mantenga en los años siguientes".

La gran mayoría de los lotes se consumieron bajo dos carpas en la carballeira de Amil, si bien otros vecinos de Moraña se los llevaron para degustar en su domicilio. "Nos hacen un favor, porque ayudan a la fiesta y no necesitamos ampliar la superficie de carpas, porque consideramos que actualmente la ocupación es ya la ideal".

Cada lote salió a la venta a 300 euros e incluyó un porquiño de entre 14 y 16 kilos, dos empanadas de 1,5 kilos, 12 botellas de vino tinto Barrantes, 6 de agua, 2 bollas de pan, 2 bicas y café de pota con gotas de aguardiente, un completo menú más que suficiente para un mínimo de 20 personas.

Desde hace 20 años la organización selecciona un tipo de raza especial de porquiño, mezcla de puerco blanco e ibérico, para conseguir un tipo especial de producto. "Tiene que tener carne y grasa suficiente para que aguante 10 horas de asado y quede jugoso", explica Rafael Rodríguez, integrante de la Asociación Gastronómica e Cultural de Amil.

El resultado de esta selección y del lento asado es un plato de sabor exquisito del que pudieron disfrutar más de 2.600 comensales. "Solo un 20% de ellos son vecinos de la zona", explica Rafael Domínguez, "la mayoría son de otras localidades, aquí hay grupos de Ourense, Ferrol, A Coruña, Vigo o Moaña, entre otros puntos de Galicia".

A mayores de saborear la gastronomía y el encuentro con los amigos, pudieron disfrutar de los pasacalles de Airiños da Fracha de Ponte Caldelas y Chingüilipé de Moraña o recorrer los puestos de ArtesaníAmil y la VII Feira Artesanal, en una completa jornada de fiesta que cerró con éxito su 27 edición.