Fritos, cocidos, revueltos, escalfados... está claro que los huevos crean adicción en cualquiera de sus formas. Sus altos niveles de proteínas los han convertido en un alimento indispensable en la dieta de los deportistas o en la de cualquiera que necesite añadir a su día a día un poco de energía.

Pero al ser un alimento que se puede cocinar de tantas formas se corre el riesgo de consumirlo más veces de las recomendadas. Porque, ¿cuántos huevos se pueden comer a la semana?

La sombra del colesterol ha estado desde siempre sobre los huevos. Sin embargo, no hay una prueba científica que justifique limitar el consumo de huevos si se lleva una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable.

Un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard ya concluyó en 1999 que comer un huevo al día no influía en la salud cardiaca de la población sana ni incrementaba el riesgo de sufrir un ictus.

El año pasado una investigación española confirmó esos mismos resultados y aseguró que un consumo moderado de huevos no aumenta el riesgo de padecer en enfermedades cardiovasculares en personas de alto riesgo pero que no sufrían afecciones previas.

Sus autores, el Servicio Navarro de Salud y el Departamento de Medicina Preventina y Salud Pública de la Universidad de Navarra, controlaron durante seis años el consumo de huevos en un grupo de unos mil voluntarios cuyas edades se encontraban entre los 50 y los 80 años.

¿Cuántos huevos entran dentro de un ´consumo moderado´?

Los investigadores de dicho estudio recomiendan comer un máximo de 4 o 5 huevos a la semana. Aun así, hay que puntualizar que este límite depende, más que del alimento en sí, de cómo se cocine.

No es lo mismo comer un huevo cocido que hacerlo frito en mucho aceite. Además, también hay que recalcar que la parte de este alimento que contiene más ácidos grasos es la yema, por lo que no habría peligro en consumir sólo tortillas de claras de huevo, tal y como suelen hacer los deportistas.

Pero eso no significa que se deba prescindir de la yema para llevar una dieta sana. El truco está en cómo combinemos esos huevos: si los mezclamos con verduras o pan integral será siempre mejor que comerlos con queso o carne.