Es bien conocida la gran longevidad de los japoneses. Y no sólo eso. La incidencia de obesidad en ellos es muy inferior a la de la población española. No es extraño, porque su dieta es una de las más sanas que existen. El tataki de atún, sin ir más lejos, es una buena muestra de lo anterior.

Se trata de láminas de atún previamente maceradas en una salsa de soja y jengibre y pasadas por la plancha durante unos segundos. El resultado es un plato sabroso, ligerísimo y, por supuesto, saludable. El atún aporta dosis importantes de ácidos grasos omega tres, vitamina A y proteínas de calidad. Además, su cocción no añade ni un gramo de grasa, y el atún suele acompañarse de verduras. Y no es preciso añadir sal. Por todo ello, este plato, como otros muchos de procedencia nipona, constituye una verdadera muestra de que lo sano puede tener muchísimo sabor.

El único inconveniente: que la cocción leve tiene menos garantías microbiológicas que la completa. Por tanto, un buen consejo es tomar tataki sólo cuando la calidad del atún está garantizada.

- Existe la falsa creencia de que el pescado crudo es más nutritivo que el cocido. La cocción hace que algunos de los nutrientes, como las proteínas o la vitamina B del pescado, sean más asimilables.

- Es cierto que el atún suele acumular una dosis notable de metales pesados. Sin embargo, si se sigue una dieta equilibrada y por tanto variada, esto no es problema . Además, hay que recordar que dichos metales se acumulan más en los pescados de mayor tamaño.

- Es importante no añadir sal al preparar el tataki, pues la salsa de soja ya aporta dosis sustanciosas de sodio.

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