Es un trago largo que preparamos en coctelera con abundante hielo. En ella servimos el zumo de dos o tres naranjas recién exprimidas, le añadimos una cucharadita de café de zumo de limón, una de zumo de lima y una yema de huevo. Batimos bien durante unos diez segundos y servimos en vaso largo con dos o tres cubitos de hielo. Nosotros le añadimos un chorrito de tónica Schweppes y lo decoramos con una rodaja de naranja y una guinda roja.

Con frecuencia, el ingrediente esencial de un long drink es su refresco y, en el caso de su excelencia el gin-tonic, el agua tónica consigue la mejor de las combinaciones. Para conocer los orígenes de esta bebida, hay que remontarse a 1783, cuando Jacob Schweppe, un joyero alemán afincado en Ginebra y gran científico aficionado, creó el proceso industrial para producir agua mineral carbonatada, antecesora de la soda, iniciando así la industria moderna de bebidas refrescantes. Diez años después, Schweppe abrió su primera fábrica en Inglaterra, donde permaneció hasta retirarse en 1798, dejando el negocio abierto a su expansión futura con el nombre J. Schweppe&Co.

El primer propósito de estas bebidas era servir de alternativa a la extendida costumbre de beber agua procedente de los balnearios y que no siempre, dadas las condiciones higiénicas de la época, resultaba saludable. Por ello, los más afamados médicos fueron los primeros prescriptores de las nuevas aguas embotelladas, que se pusieron de moda entre las familias más distinguidas.

El sistema de embotellado era curioso. Las primeras botellas eran de cristal o loza y tenían una forma ovoide que impedía mantenerlas en pie. Las rudimentarias condiciones de embotellado y conservación de la época aconsejaban mantenerlas tumbadas y, a ser posible, bajo el agua, para que no escapara el carbónico. Las botellas de base plana se comercializaron a inicios del siglo XX. Estas botellas ovoides viajaron desde Inglaterra al mundo y hoy son piezas de coleccionista. En 1835 aparece el primer refresco carbonatado de limón, y casi cien años después, el de naranja.

Fue en 1870 cuando se creó la tónica Schweppes. Un icono. Esta bebida era heredera de la que bebían los ingleses que fueron a India -a mayor gloria del imperio británico-, que tomaban quinina para combatir la malaria y otras fiebres y la mezclaban con limón y soda para mitigar su sabor amargo. El resultado, solo o mezclado con ginebra, tuvo tal éxito que al regresar a su país lo convirtieron en bebida nacional. Había nacido el gin-tonic. En los últimos meses ha añadido nuevos sabores: ginger&cardamomo, azahar&lavanda y pimienta rosa. Una nueva etapa en el mundo del gin-tonic.

Más información en Magazine

Más información en Magazine