Aquella expresión que reza que "cualquier tiempo pasado fue mejor" puede ser debatida con argumentos sólidos en Vilagarcía. Y es que desde ayer, y nuevamente coincidiendo por la festividad de Santa Rita, el entorno del parque de A Xunqueira y el convento de Vista Alegre se ha transformado en el tiempo.

El tan aceptado mercado medieval ha venido a confirmar nuevamente el poderoso influjo de lo antiguo. Con una puesta en escena que cuida hasta el más mínimo detalle, los visitantes pueden comprobar como la calle era el escenario donde se plasmaba cualquier tipo de expresión cultural, económica o artística.

La artesanía es la principal protagonista de un evento que ha contado en su primera jornada con la meteorología como enemigo, aunque ello no evitó que fueran varios los cientos de curiosos que jugasen a introducirse en el túnel del tiempo. Artes tales como la decoración, alimentación, vestimenta o bisutería cobran especial brillo en este entorno. El mismo en el que los viejos oficios de canteros, herreros, ebanistas o vidrieros muestran su metodología más arcaica.

Como es habitual en estos casos tampoco faltan los zancudos, trovadores, malabaristas, saltimbanquis y equilibristas, música tradicional o los malabares de fuego. Incluso se puede ver un drakkar vikingo y una zona infantil.

Las manualidades con todo tipo de materiales también centra un papel importante dentro de un atrezzo de lo más adecuado. Se pueden ver creaciones originales de marionetas, vasijas, calzado, mimbres, grabados, esmaltes o forjados en todo tipo de superficies. Desde el cristal a la madera, pasando por la hojalata o los oropeles. Cualquier tejido es bueno para comprobar como se optimizaban los recursos por aquel entonces para no coartar cualquier tipo de expresión artística.

Los artículos de alimentación son otros de los reclamos de un mercado que hoy toca a su fin después de dos jornadas de actividad. Quesos, embutidos, patés, cecina, dulces, empanadas, garrapiñadas, tortas, miel, caramelos y toffes son algunos de los productos que se pueden adquirir a unos precios más que razonables y asequibles a muchos bolsillos. En definitiva, no falta de nada para sacar partido a lo que se asemejaría a un gran centro comercial de la época. Pasen y juzguen ustedes.