Hace ocho meses se explicaba que el peregrino tenía en Pontecesures un restaurante en el que comer casi "por la voluntad", ya que con 7 euros por cabeza bastaba para sufragar los productos consumidos y los costes de elaboración. Era, y es, un espacio adornado por lo antiguo, que ofrece el encanto de la tradición y en el que es posible degustar los verdaderos productos de la huerta a cambio de lavar los platos o realizar tareas en la cocina o en la finca. Se trata de Mesa de Pedra, un refugio plenamente consolidado que parece haberse convertido en un oasis para el caminante.

Son muchas las historias que encierran ya sus paredes, que se escuchan al lado de su lareira o que aparecen reflejadas en el panel de los deseos y los mensajes, donde el caminante escribe para animar a quien le sigue.

El papel que juega Mesa de Pedra parece también mayor en internet, con su página web y enlaces en redes sociales como facebook, donde los interesados pueden obtener todo tipo de información sobre el local, sus orígenes y sus aspiraciones al amparo de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Internet.

Se trata, en definitiva, de "un lugar de reposo y alimentación donde serás siempre bien recibido en la peregrinación por el Camino de Santiago (Camino Portugués) y donde tendrás siempre un asiento en la mesa".