El abuelo José estuvo en Soria en tiempos de la guerra y de ahí le quedó el apodo. La tercera generación decidió bautizar el local que abrieron hace 22 años en la antigua casa familiar rehabilitada con el nombre de Asador Soriano, llamado así en honor de la figura familiar que un día tuvo que desplazarse a tierras de Castilla. Los nietos José y Jesús Magaz decidieron decantarse por los fogones y abrir el emblemático restaurante que a la excelencia de su cocina, varias veces premiada, suma unas magníficas vistas de Vigo y de la ría.

El restaurante se aloja en la vieja casa matriz que antaño tuvo leiras y un extenso viñedo. Se decidieron por una edificación que rezuma tradición, rehabilitada combinando materiales naturales y nobles a base de piedra, madera y cerámicas que dan al ambiente un aire típico e inconfundible.

La oferta gastronómica de este reconocido establecimiento engloba desde los mejores y más frescos pescados y mariscos de la ría -tanto cocinados como a la brasa- a productos tradicionales de buen sabor de Castilla (como el lechazo o el cochinillo) y carnes con acento gallego como chuletón de buey -uno de los grandes protagonistas de la casa-, chuletón de ternera, churrasco de cerdo o solomillo al cabrales, además de apetitosas presentaciones como piquillos Soriano, revuelto de setas con jamón y otras elaboraciones de una amplia carta a la que se suma un buen número de postres caseros elaborados con mano experta por Jesús. Todo ello acompañado por una bodega en la que caben referencias selectas de las mejores denominaciones de origen tanto nacionales como foráneas.

Dicen los hermanos que las claves del éxito para mantenerse a lo largo de los años son la buena calidad del producto, el cariño que se pone en su preparación y el buen trato con el cliente. A su oferta gastronómica Soriano añade diversos salones que permiten que sea también un lugar idóneo para celebraciones, banquetes y convenciones.

A lo largo del año el Asador Soriano realiza diferentes iniciativas. La más reciente, que prolongan hasta hoy -por petición de los propios clientes- es la dedicada a la gastronomía castellana, con el lechazo como plato estrella, cocido lentamente en horno de leña. No faltan las cenas-maridaje con presencia de enólogos que incluyen catas comentadas y, según la época del año, hay espacio temático para los productos de cada estación. En breve el cochinillo puede ser uno de los protagonistas.