Aunque los primeros pronósticos meteorológicos de la Semana Santa en Vigo apuntan que lloverá, los chiringuitos de las playas decidieron ponerse manos a la obra y montar igualmente sus terrazas frente al mar. Las precipitaciones, que según algunos profesionales podrían ser más abundantes de lo habitual, amenazan el turismo de playa que ofrece el litoral de la ciudad olívica. Sin embargo, el lado positivo es que la fiabilidad de una predicción a más de tres días vista es muy débil (es una ciencia inexacta y muy cambiante).

Con la vista puesta en el cielo, el sector turístico prevé que la ocupación sea de entre el 60 y el 80%, con mayor incidencia el Viernes Santo. Los hosteleros mantienen la esperanza de recibir clientela y en hasta diez arenales de la costa viguesa ya se están preparando para instalar el quisco móvil.

Los negocios, aunque estarán abiertos todo el periodo vacacional de la festividad de Pascua, no permanecerán intactos hasta el verano: tendrán que cerrar hasta que comience la temporada alta, entre mayo y octubre.

Dónde tomar algo y disfrutar de la playa

Los arenales en los que habrá chiringuitos con licencia para abrir sus puertas son diez. Samil y O Vao se reparten más de la mitad, con cuatro en la primera playa (uno de ellos en la de Argazada) y dos en la segunda. Por otra parte, en Alcabre, la playa de La Fuente y la de Santa Baia también tendrán sus propios quioscos.

A estos se suma uno en la playa de la Etea, donde antes había dos (uno en la playa de A Punta).

Ayer comenzaban los trabajos de instalación de sillas, mesas y acondicionamiento del negocio en algunas playas como O Vao.

Desde el 2021, los quiscos de la ciudad deben de seguir una estética "moderna", estar bien equipados y ser accesibles para todos los usuarios que quieran usarlos.