Los Mozos de Arousa han vuelto a enfrentarse directamente con la realidad. Los concursantes de Reacción en Cadena acaban de superar la barrera del 1.400.000 euros, lo que significa que siguen escribiendo su nombre en la historia de un programa bastante nuevo en la pequeña pantalla.

Sin embargo, no todo son rosas en el camino de los gallegos. Los jovencísimos concursantes parecen haber dado con la tecla idónea para superar programa tras programa a sus contrincantes ante la 'complicidad ganadora', su prueba favorita, pero muchas veces lo hacen apurando hasta la última cadena.

En esta ocasión, los Mozos venían de un programa muy bueno en el que, además de haber batido su siguiente meta, consiguieron sobreponerse a un equipo rival que a punto estuvo de arrebatarles la permanencia que llevan cosechando desde mayo de 2023.

Ocurrió durante el especial de la semana pasada, en el que Reacción en Cadena se extendió hasta el domingo. El sobreesfuerzo de los Mozos de Arousa, que tuvieron que concentrar la grabación de unos pocos programas en tan solo unos días, a veces termina pasando factura e incluso los concursantes lo notan en su manera de desenvolverse, aunque en esta ocasión no se sabe si fue el caso.

A cero

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Durante la emisión del último programa de la semana, los Mozos se aproximaban a la cadena final con la posibilidad de llevarse 126.000 euros que se sumarían al millonario bote final. Sin embargo, la cosa se fue complicando y se desinflaron a medida que avanzaban. Tanto es así que, finalmente, la cadena final venció a los Mozos de Arousa y vació por completo sus bolsillos.

A medida que resolvían la cadena final de manera individual el premio fue mermándose, hasta llegar a la última palabra con 15.750 euros. Aquí se encontraron con la palabra "arquitectura" como pista y una palabra a resolver que empezaba por RE y terminaba por A. Ante la duda, decidieron comprar el eslabón misterioso, que mostró que la otra pista era "Ángela". En esta ocasión, esto no les sirvió de nada y decidieron jugársela a una palabra que podría tener algo de sentido, "revista": "Por decir algo, una revista de arquitectura". Ion Aramendi destapó el misterio y desveló que, efectivamente, estaban equivocados: la palabra era "religiosa".