MANUEL MÉNDEZ | O GROVE Pocos terrenos e instalaciones hay ya en el Concello de O Grove tan inservibles e inútiles como la Batería Militar de Adiestramiento de Puerto Cuazos, ubicada en San Vicente. Los ejercicios militares que allí se llevan a cabo son escasos -por no decir nulos-, y en el lugar apenas hay desplazados una decena de efectivos cuya misión ya no es defender el territorio ante posibles ataques o invasiones marítimas, ni mucho menos, sino tratar de mantener la zona en las condiciones más dignas posible, eliminando maleza o tratando de minimizar los efectos propios del paso del tiempo.

Pero la valla perimetral de alambre de espino, totalmente deteriorada, rota y, en algunos tramos, incluso desaparecida; los cañones que fueron sellados o ya se trasladaron; los letreros descoloridos, tirados o comidos por la maleza, en los que se indica la existencia de una zona militar y se prohíbe el paso; y en definitiva, los inevitables signos de falta de actividad y la acción del óxido y el paso del tiempo, denotan que la Batería Militar de O Grove, situada en una privilegiada atalaya sobre el Atlántico con vistas a la isla de Ons, ya no sirve absolutamente de nada.

Pertenece al Ministerio de Defensa y está "gestionada" a través de la Brigada Ligera Aerotransportable (Brilat) de Figueirido (Pontevedra), que en ocasiones realiza en O Grove alguna que otra maniobra, pero que poca actividad desarrolla ya en dicho espacio.

"Desde un punto de vista operativo no hay nada; fue una batería de cañones para defensa costera, pero evidentemente hoy en día no tiene sentido y ya ni siquiera hay cañones", explican en el Ejército.

"Dispone simplemente de un pelotón destacado allí para hacer guardia y vigilar las propias instalaciones, además de para afrontar el mantenimiento de las mismas, pero en realidad poco más hace", apostillan las mismas fuentes.

Las baterías Cabo Silleiro (J4), equipada con tres cañones; Monteferro (J3), con tres; Cabo Udra (J2), equipada con tres cañones; y O Grove (J1), con otro tres cañones dependían del Regimiento de Artillería que estaba en el cuartel de Campolongo, en Pontevedra, y que posteriormente se convirtió en el Grupo de Artillería de Campaña Aerotransportable.

La grovense se sitúa al lado de las playas de Canelas -una de las habilitadas en verano para el disfrute de perros- y Con Negro. Algunas fuentes apuntan que fue instalada en O Conchido, en el lugar grovense de San Vicente do Mar, en el año 1936, siendo inicialmente equipada con tres cañones, aunque tras la guerra dispuso de cuatro.

Con el paso del tiempo y la pérdida de importancia militar, este espacio restringido fue incluso utilizado para el rodaje de películas, convirtiéndose también en lugar de visita obligada para los aficionados a este tipo de construcciones castrenses.

Su presencia también llama la atención de los turistas, que no dejan de fotografiar los búnkeres existentes en el escarpado terreno y que en ocasiones incluso invaden el perímetro para adentrarse sin demasiados problemas en la zona acotada.

Hace unos años la Batería Militar de San Vicente también fue escenario de unas importantes maniobras. La Escuela Naval de Marín desplegó una espectacular misión táctica en la que se emplearon lanchas rápidas que permitieron el desembarco de los soldados en la playa de Area Grande.

Tras tomar tierra su misión continuó hasta localizar y rescatar a dos personas que -simuladamente- habían sido secuestradas por el enemigo.

Pero desde la realización de ese ejercicio y algunos más que se habían desarrollado tanto en A Lanzada como en Siradella, han pasado ya tres años, y de poco más ha servido la Batería Militar de San Vicente, de ahí que cada vez sean más las voces que se preguntan qué sentido tiene disponer de este espacio restringido que ocupa una superficie tan considerable de la costa grovense.