Es uno de los símbolos de Redondela y una obra de ingeniería que hace 130 años hizo posible la conexión por vía férrea entre Vigo y Pontevedra. Los primeros días de junio de 1884 fueron más ajetreados de lo normal en la villa redondelana; a la proximidad de las fiestas del Corpus con su famosa Coca y las penlas se sumaba la expectación por las pruebas de carga en el nuevo viaducto, una infraestructura vital para la comunicación ferroviaria del sur de la provincia.

La línea férrea entre Ourense y Vigo se había inaugurado en 1881, y poco después se iniciaron las obras del ramal Redondela-Pontevedra. La nueva vía, de 19 kilómetros, seguía la línea de la costa de la ría por la orilla Sur, con el segundo viaducto como obra más espectacular. Redondela se convertía así en la "villa de los viaductos", pues desde 1876 estaba ya en funcionamiento el viaducto de Ourense. Ambos están considerados Bien de Interés Cultural desde el año 1978.

Las pruebas de carga del nuevo vial se realizaron los días 2 y 3 de junio de 1884. "Ayer y anteayer se ha probado oficialmente la nueva vía férrea de Redondela a Pontevedra -informaba Faro de Vigo el día 4 de junio-, empleándose dos máquinas para el paso de las obras de hierro y fábrica, con el material que se juzgó necesario". Añadía el periódico que "al acto de la prueba asistió el ingeniero inspector Sr. Castro Teijeiro, el personal facultativo y de administración de la compañía".

En la crónica de la inauguración oficial de la línea férrea, que se retrasó hasta el 30 de junio de 1884, Faro de Vigo daba cuenta de algunos detalles de la obra. El viaducto está compuesto de tres tramos metálicos, dos de 45 metros y el central de 59. Consta además esta obra "de varias arcadas de sillería y otro tramo metálico sobre una calle de la villa, formando el conjunto un magnífico aspecto por la ligereza de las dos pilas de hierro con zócalo de granito que miden 28 metros de elevación".

La longitud total es, por tanto, de 149 metros y el soporte se realiza mediante dos pilares también metálicos. Incluyendo los tramos de acceso, el viaducto se aproxima a los 250 metros. El viaducto fue diseñado por el ingeniero y arquitecto Mariano Carderera Ponzán (1846-1916), técnico de gran prestigio, director de la escuela de Ingeniero Caminos y autor de varios proyectos ferroviarios. El viaducto había sido proyectado bajo la dirección de José María Pérez en 1874, y su construcción fue aprobada por Real Orden de 20 de mayo de 1880.

La Asociación Alén Nós ha puesto en marcha el proyecto ´´Redondelar´´, conocer Redondela que pretende aprovechar este aniversario para "sensibilizar ás distintas distintas administracións da necesidade de divulgar e por en valor o noso patrimonio cultural e arquitectónico". Como señala Andrés Laxe, uno de los miembros de la asociación, la cultura puede convertirse también "nun recurso económico, con rutas marcadas polo casco urbano dirixida ao turismo cultural, a través da que se poderá coñecer os edificios e monumentos emblemáticos e significativos da vila, no que está incluido o viaducto de Pontevedra".

A diferencia del primero de los viaductos que cruza Redondela, realizado por una compañía francesa, el de Pontevedra fue fabricado y montado por la Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona. La compañía catalana, especializada en máquinas de vapor para la navegación y locomotoras, llegó a construir y montar casi cuatrocientos puentes y viaductos ferroviarios en el último cuarto del siglo XIX. Además del de Redondela, construyó también el que salva la desembocadura del río Verdugo en la ría de Vigo entre Arcade y Pontesampaio.

Se hacía así realidad un viejo proyecto impulsado décadas atrás. El 16 de junio de 1860 se había concedido autorización a José González Domenech para verificar estudios de un ferrocarril que partiendo del proyectado de Monforte a Vigo, en Redondela, terminase en la ciudad de Pontevedra. Otro estudio de verificación se inició en 1861 por Inocencio Vilardebó; en este caso partía de Carril y, pasando por Vilagarcía y Pontevedra, empalmaba en Redondela con la línea de Monforte a Vigo.

Viaje inaugural

La inauguración de la nueva vía férrea entre Redondela y Pontevedra sufrió cierto retraso, al parecer por esperar la confirmación de asistencia del ministro de Fomento, Alejandro Pidal y Mon, que al final no acudió a los actos por problemas de agenda. De hecho, el primer tren había llegado a la estación pontevedresa el 16 de mayo de 1884 en un viaje de prueba, mientras que la inauguración oficial no tuvo lugar hasta el 30 de junio.

El histórico acontecimiento tuvo un amplio eco en la prensa. Durante aquellos días, Redondela inauguró además del viaducto una larga tradición de prensa propia con el nacimiento de su primer periódico, ´´El Eco de Redondela". Faro de Vigo recogió en los días siguientes algunos pormenores del viaje inaugural. Así sabemos que poco después de salir de la estación de Redondela, "al llegar a la mitad del notable viaducto, se detuvo la locomotora un instante para dar lugar a que el fotógrafo de esa Sr. Prósperi sacase una vista del tren, instalado a corta distancia".

Aporta Faro otro dato curioso: la duración del viaje. "La línea de Redondela a Pontevedra, que mide 19 kilómetros, se ha recorrido en la tarde del 30 de junio en hora y cuarto, incluyendo en este tiempo el invertido en las estaciones intermedias", informaba el periódico. Por un anuncio insertado en las páginas del diario al día siguiente sabemos que el viaje entre Vigo y Pontevedra en 1º clase costaba 3,57 pesetas, mientras que en 3ª clase el precio era de 2,65 pesetas.

Un dato que refleja la importancia que a finales del siglo XIX tenía el transporte por ferrocarril lo incluía Faro al dar noticia de la animación de las fiestas del Corpus en Redondela: el día grande de los festejos viajaron desde Vigo a la "villa de los viaductos" 1.523 personas. "Con el día hermoso que hizo el jueves -apuntaba el periódico-, la gente aprovechando la comodidad de los trenes entre Vigo y Redondela, dada la corta distancia de 14 kilómetros que separa a uno de otro punto, lanzose a la estación del ferro-carril, ávida, no tanto de aprovecharse de la función y solemnidad del día, como de hacer un viaje de recreo".

Un atractivo con el que no cuenta hoy el tren de cercanías, que, eso sí, sigue utilizando el viaducto inaugurado hace 130 años y que constituye todo un icono de la villa de Redondela.