La primera edición del Festival do Norte (FdN) que se clausuró ayer en A Illa de Arousa parece que no será la única en el singular y emblemático municipio. La organización ha quedado muy satisfecha con la atención recibida por el Concello y vecinos isleños, por lo que no se descarta repetir conciertos el próximo año. No obstante, las ubicaciones de escenarios y acampada dentro de la isla serán un tema a analizar, pues el jueves -primer día de festival- quedó patente que la explanada de O Aguiuncho no es una buena aliada del viento del norte.

La lluvia fue la asistente inesperada del estreno del FdN en A Illa. La noche del jueves aguantó sin caer una gota, pero durante las dos siguientes los amantes de la música "indie" tuvieron que mojarse para escuchar a sus grupos favoritos, pues no había carpa para el público. ¿La solución? Los típicos chubasqueros tipo poncho que usan los turistas en sus visitas a Galicia. El éxito de este complemento casi indispensable para aguantar toda la noche bajo la lluvia provocó que algunas tiendas de A Illa prácticamente agotasen existencias.

No obstante, en ciertos conciertos el mal tiempo restó afluencia al festival. La última noche, la del sábado, una de las bandas con más seguidores bailando a los pies del escenario fueron los granadinos "Lori Meyers". Tras su pase, "Kakkmaddafakka" y "DJ Amable" cerraron la noche. Tras la apertura de puertas a las ocho de la tarde, los primeros en actuar fueron "Wild Balbina", seguidos de "Oso Leone", "The Wave Pictures", "The Pains of Being" y "Pure At Heart". Por la tarde también hubo sesiones de DJs en el camping.

Después de tres días de lluvia, ayer al fin salió el sol para la despedida del Festival do Norte de A Illa de Arousa. La programación se concentró por la mañana, en el Auditorio municipal. Allí tocó "Igloo", y acto seguido" The Wave Pictures" ofreció su segundo pase. También desplegaron todo su talento en el día de despedida los anfitriones "Quilma", así como "Isaac Torgal" y "Templetom".

Tras cuatro días en los que A Illa se convirtió en la capital del "indie", incrementando notablemente su población de cinco mil habitantes, ahora quedan otras tantas jornadas de duro trabajo para desmontar toda la infraestructura que conlleva la celebración del Festival do Norte.