Cortegada empezará a recibir a grupos organizados de visitantes también por la noche a partir del sábado 19. Esta novedad, recientemente anunciada por el Parque Nacional, permitirá a los participantes disfrutar del lado menos conocido de la isla carrilexa a la vez que participa de un recorrido teatralizado, en el que los guías explicarán historias y leyendas que pasaron de generación a generación entre los antiguos pobladores de Cortegada.

Lo que no se celebrará de momento, aunque estaba anunciado para este fin de semana, será el taller teatralizado, que incluía una visita de algo más de 24 horas de duración con recorrido nocturno por la isla y una actuación dramatizada de los participantes al final de la segunda jornada. "La mayoría de los inscritos son monitores de ocio y tiempo libre que durante el verano trabajan en fin de semana. Muchos solicitaron que se cambiaran las fechas y el Parque Nacional decidió que se celebre después de la campaña estival", explica Luis Ángel Gómez, de la empresa Corticata, encargada de las visitas organizadas por Illas Atlánticas.

Un viaje sorprendente

Luis Ángel Gómez y su compañero Ubences Vidal serán los encargados de guiar por Cortegada a los turistas que quieran conocer este pedacito del Parque Nacional de noche. "La visita durará alrededor de dos horas, saldremos a las 21,30, aunque la hora variará según decrezcan las horas de sol, e incluirá una visita teatralizada, en la que actuaremos nosotros mismos y un pincho al finalizar el recorrido". El precio del viaje, con todos los gastos incluidos, rondará los 16 euros. Cada grupo deberá estar compuesto por unas 15-20 personas.

Corticata ha dedicado parte de su actividad a conocer de primera mano las historias y leyendas que los antiguos pobladores de la isla carrilexa contaban a sus hijos. Más de 100 años después del abandono de los últimos residentes, todavía quedan muchos recuerdos que ahora pretenden plasmar en estas visitas. "Los personajes que interpretemos les hablarán de historias como la del horno de piedra de la casa más grande de Cortegada que sirvió para incubar a un bebé prematuro cuya madre falleció en el parto; las leyendas de los druidas que moraban en la isla; o cómo los habitantes de la aldea pensaron que las primeras farolas instaladas en Carril eran en realidad un hechizo de meigas que intentaban entrar en sus casas por los cristales de las ventanas".

Otros aspectos que se pretenden resaltar durante la visita nocturna a Cortegada, son "los ruidos que los animales hacen después de que se pone el sol y la observación de las estrellas desde la isla", además de ese novedoso tentempié final.