Ha vuelto ´Atención obras´. Con novedades. Sus fundadores y codirectores pasan a "ser tropa", dicho sea sin ningún ánimo peyorativo, que ser tropa en una redacción como ésta es como estar instalado en el paraíso. Xavier Obach y Arantxa Vela Buendía ya no llevan las riendas del programa. Ella se encargará de llevar a cabo los reportajes teatrales, regresando a sus funciones del recordado 'Mi reino por un caballo'. Cómo lució con el reportaje sobre Oleanna, de Mamet, que se presenta en el Bellas Artes. Obach por el momento atiende los de música clásica. Y para debutar, se marcó una pieza espectacular sobre el día a día del Orfeón Donostiarra. El primer invitado fue Javier Gutiérrez. No podía ser otro, habida cuenta que el programa se emitió desde la mismísima Concha de San Sebastián, y a nadie le extrañaría que 'El autor', la película que protagoniza, le proporcione una Concha. Tanto a él como a su director Manuel Martín Cuenca.

Gutiérrez es el actor de moda (con el permiso de Eduard Fernández). Hace buen cine, buen teatro y buena televisión. Con Estoy vivo La 1 lleva un mes siendo los jueves la cadena más vista. Por otro lado, en San Sebastián han proyectado íntegra 'Vergüenza', de Cavestany, a la que no citaron en el programa porque es proyecto de Movistar y, quiero pensar bien y ser bueno, porque no hubo tiempo. Los 60 minutos de ´Atención obras´, tras diez semanas de ausencia, fueron un chute de momentos felices. A borbotones. Sólo tengo espacio para contarles uno. Cuando Cayetana Guillén Cuervo pidió a Javier Gutiérrez que confesase si mentía alguna vez, y él respondió que sí. Cada vez que empleaba su saludo preferido. Diciendo "qué bien estás" a todo quien se cruza en su camino. Fuera más o menos cierto. "Le hace sentir bien a la otra persona. Y a mí también". Un grande.