En el fútbol hay gente de la acera de enfrente, hay alguien que suelte aceite, nenazas en el fútbol. No, por dios, venía a decir el exfutbolista Iván Helguera , el fútbol es muy machista, yo no conozco a ninguno. Hombre, terciaba Juanma López Iturriaga , es muy raro que en un colectivo de 5.000 tíos no haya un solo gay, es más, sería muy preocupante. Sin embargo, para Julio Salinas , también del mundo balón, «hay muchos gais, aunque sólo han salido a la luz un par de ellos». Si eres futbolista, te va la carne de tu compañero de vestuario, o la del vecino del cuarto, calla y traga, que de lo contrario, como también apuntaba Helguera, «te pitarán 30.000 tíos en el estadio». Por maricón.

Cuesta escribirlo, mucho más saber que puede ser verdad. Eso de abrir el melón lo hizo Lolita Flores en su, creo, última entrega de 'Lolita tiene un plan' , en La 1. Puede parecer atrevido, y quizá lo sea mentar esta bicha, pero no sólo da pereza hablar de ello sino tener que destacarlo porque, aún, sigue siendo ¿tabú? Es asunto recurrente, como hablar de si hay o no homosexuales «en los toros», como si el torero sólo pudiera serlo si le gustan las señoras, pero imposible matar herbívoros con espadas afiladas en tardes de arena y sangre si le gustan los señores. Es todo tan rancio, estúpido y fuera de lugar, que de no ser porque este país es un adelantado en algunas cosas y un retrógrado en aspectos de esa misma vanguardia, esta pieza tendría sentido sólo para echar unas risas, pero cuando Lolita pregunta, como se preguntaba hace años, quizá décadas, si hay gais en el fútbol, es porque aún cabe hacerse esa pregunta. Pues claro que hay maricones, joder, claro que hay. Ay, señor, qué malito estoy y qué poco me quejo.