La BBC ha paralizado un documental de dos entregas que tendría que haberse emitido el domingo día 4 sobre los tejemanejes de Carlos de Inglaterra para pulir y abrillantar su deteriorada imagen tras la muerte -¿asesinato?- de su ex esposa, Diana de Gales, en el año 1997. ¿Censura? Sí y no. Digamos privilegios que otras instituciones que no sean la casa real británica no tienen. El que viene a cuento dice que la BBC no podrá usar imágenes de miembros de la familia real sin un permiso expreso si en la producción no interviene la propia casa.

En Reinventing the Royals no interviene la casa real, así que la BBC necesita ese permiso. Como es lógico hay voces republicanas, aunque sólo habría que ser demócrata, que han señalado que esa presión no sería tolerada si el protagonista fuese el primer ministro, David Cameron, o Ed Miliband, líder de la oposición.

Aquí en España no pasa eso. TVE es el motor de la libertad. Nadie le rechista ni le dice lo que emite o deja de emitir. El Gobierno de Mariano Rajoy está acojonado con el uso de la libertad de RTVE.

Y la casa real tiembla con la independencia informativa de la televisión pública. ¿Ejemplos? ¿Qué me dicen del tronchante especial del último día del año de La 1, la magna obra de José Mota, tomando al rey Juan Carlos nada menos que como protagonista de Un país de cuento? Qué fuerte.

Uno de los reyes de España en batín y alpargatas contándole a la nieta sus chocheces. Qué pasada. Para que digan que no hay libertad de expresión. Aquí no pasa como en la BBC. Y es verdad. Aquí nos cuentan el cuento del país con humor. Gracias, Mota, el tuyo es el análisis más certero y corrosivo al que podemos aspirar en TVE. Si no es con humor, todo está vetado.