- Este informativo ha marcado ha muchos periodistas. ¿Lo motivó a usted?

-Sí, sí, a mí, me ha marcado porque yo era de los que se sentaba el sábado delante de la televisión, cuando todavía no había televisiones privadas, para ver "Informe Semanal". Me encantaba ver los reportajes porque te podías enterar con más profundidad de lo que había pasado durante la semana así como de temas interesantes que no era posible ver en otra parte.

-El programa se ha caracterizado por analizar acontecimientos de países extranjeros. Con la disminución del presupuesto en la televisión pública esta visión, quizás, se ha resentido.

- Yo creo que no. Yo creo que se siguen haciendo reportajes internacionales y seguimos viajando. Por supuesto, no somos ajenos a la situación del país y la crisis económica. Por lo tanto, en la medida de lo posible tenemos que contribuir a la contención del gasto y el ajuste del cinturón que hay en todas las empresas.

-Estrenan sintonía además de introducir otros cambios.

-Vamos a renovar la estética del programa; no porque lo que haya sea viejo sino porque, como dice la leyenda de la vida, hay que renovarse o morir. Se cambia la cabecera, el grafismo y el decorado. También vamos a presentar dos reportajes. Uno se titula "40 quilates" y ahonda en el tipo de espectador que ha tenido el programa a lo largo de cuatro décadas, preguntándole qué le gustó, qué tiene grabado de "Informe Semanal". El segundo reportaje lo hace Ángela Rodicio, paisana nuestra, que se llama "La vuelta al mundo en cuarenta años". Ahí, a través de varios directores del programa trazan las líneas básicas de lo que ha sido noticia en estas cuatro décadas.

-A finales del pasado año, se criticaron "coacciones" a varios profesionales de "Informe Semanal" que se negaron a retirar su firma de algunos reportajes, contrarios -según ellos- a la línea que se les imponía.

-Yo recibo esas quejas con deportividad pero no las comparto porque no es verdad. En "Informe Semanal", ha habido cambios porque un equipo nuevo tiene derecho a formar su equipo. De todos los realizadores, se ha cambiado a dos. Llamar a eso coacción es excederse en la interpretación. Las críticas serían legítimas si se hicieran con cierta objetividad. Lo que se contribuye con eso es a perjudicar la imagen de la empresa y del programa. El programa está por encima de las personas y de las épocas.

-¿Achaca esas críticas, quizás, a intereses partidistas?

-Quiere la casualidad que cuando esto sucede, a lo mejor hay una razón de estrategia más que una razón de verdad.

-¿Teme que dé síntomas de cansancio el programa?

-No, yo creo que el formato tiene el secreto del elixir de la larga vida. Mientras se sigan haciendo reportajes con absoluta vitalidad y voluntad de análisis, la fórmula será infalible. Por eso, lleva 40 años y por eso, se puede seguir manteniendo.