JORGE ÁLVAREZ | VIGO

Después de más de una década en las pantallas de televisión, Gran Hermano aún se guarda en la manga sorpresas para entretener al público que año a año sigue fielmente el día a día de los habitantes de la casa de Guadalix de la Sierra. Precisamente Mercedes Milá, "asustada" ante una nueva edición del programa, apuntaba después de 15 días "las cosas están complicadas y es casi imposible mantener el nivel".

Lo que seguramente no se esperaban ninguno de los espectadores de Gran Hermano es que una de las participantes del reality de Telecinco fuese una cabra, Rubia. El chivo, natural de Pontevedra, acompañará en su estancia en Guadalix de la Sierra a Hugo, el joven gallego de 18 años que en la gala de anoche entraba en el programa con el objetivo de llevarse el gran premio -300.000 euros- que se llevará el ganador de esta edición.

Rubia, la protagonista de la noche

No es la primera vez que los animales son protagonistas en Gran Hermano. Las mentes pensantes que dirigen el programa instalaron en su tiempo un pequeño corral y hasta una pequeña granja que funcionaría como sustento en una de las ediciones anteriores. Memorables fueron las escenas de Fresita en sus encuentros con las vacas.

Ahora, a pocos se les borrará de la memoria la entrada de Rubia en el programa de la mano de Yolanda y Alejandra, dos de las concursantes. Desde el primer minuto se convertía en la verdadera protagonista y pasaba a ocupar todas las conversaciones de los presentes.

Claro el impacto que iba a tener la presencia de la cabra en el programa, fue la responsable de uno de los momentos más hilarantes de la primera gala de Gran Hermano. Solitaria y encerrada en el famoso confesionario, El Super era el encargado de explicarle el funcionamiento del programa y para qué se utilizaba la estancia en la que la habían encerrado. "Rubi', eres de pocas palabras, ¿no?", le decía la voz que se comunica con los concursantes en el interior.