JORGE ÁLVAREZ | VIGO

Tercera entrega de Top Chef y segundo viaje al exterior. Después de la visita a la huerta, Galicia era la siguiente parada del viaje gastronómico que el séquito de Alberto Chicote ha emprendido por España.

Santiago de Compostela, punto final de miles de peregrinaciones dada año, se convertía en la capital culinaria de referencia durante la primera hora de Top Chef y las ostras y el pulpo, por este orden, los protagonistas.

La primera prueba de la noche tenía lugar en el Mercado de Abastos de la capital gallega. Un lugar lleno de "producto fresco y de calidad" tal como apuntaba el gallego Yayo Daporta, chef y jurado del programa, que ejercía de anfitrión.

En ese escenario, la ostra se convertía en la protagonista de la prueba que daría la inmunidad a uno de los aspirantes a convertirse en el mejor chef de España. No sería la viguesa Inés Abril la que se llevaría el gato al agua. Los problemas que tuvo a la hora de abrir el bivalvo sorprendieron a propios y extraños. "¡Inés esperaba más de ti! ¡Me vas a dejar mal!", comentaba sorprendido Yayo Daporta mientras supervisaba el trabajo de los concursantes.

Esfumada la posibilidad de que Inés Abril llegase a un cuarto programa con la tranquilidad de la inmunidad, la gallega pasaba a un discreto segundo plano mientras sus otros compañeros se hacían con los planos y la historia del programa.

Carlos Medina y Marc Joli, lío en la cocina

El tercer programa de Top Chef no puede entenderse sin Marc Jolí y Carlos Medina , el químico. Los dos juntos, en un grupo naranja lleno de testosterona, convirtieron las cocinas del Parador Hostais Reis Católicos en una trinchera en la que se anunciaba el estallido de una guerra.

La víctima, el pulpo. Los tres equipos tenían el reto de ofrecerle a 50 peregrinos un plato del cefalópodo para que recuperasen fuerzas después de haber completado el Camino y ganarse la compostela.

Mientras el equipo de la gallega Inés Abril apostaba por una revisión de una especie de pulpo á feira, el equipo naranja se dirigía hacia el naufragio con un puré de patatas que haría de cama del cefalópodo. El equipo granate, en cambio, apostaría por una receta que no fue del agrado del jurado en el que Javier Olleros (Restaurante Culler de Pau de O Grove) y Pepe Solla (Casa Solla en Poio) eran los invitados especiales. "No encuentro el pulpo", dijo el segundo de un plato que muchos en Twitter calificaron de crimen al cocerlo después de cortarlo.

A pesar de las críticas, el equipo peor parado fue el naranja, capitaneado por Marc Joli. No sólo no lograron emplatar los cincuenta servicios sino que la ternera gallega (ingrediente sorpresa que Alberto Chicote introdujo en la mitad de la prueba) hizo explotar la tensión que se calentaba en los fogones.

Fue entonces cuando Marc y Carlos protagonizaron uno de los enfrentamientos más enconados de lo que va de temporada. El duelo entre ambos marcaría la edición hasta su final. "Marc es mi nueva cruzada", afirmaba el cocinero que más química usa en la cocina antes de enterarse que su enemigo seguiría con él en su camino en Top Chef.

Top Chef, cocina con amor

Uno de los cocineros que cada semana se juega el puesto en el programa no puede seguir en el reality de Antena 3. El que no seguirá desde esta semana será el andaluz Pablo González.

Él, que no seguirá en Top Chef, y Marta Roselló, protagonizaron la narración romántica de la noche. Plano tras plano, el montaje del programa dejaba entrever que entre ambos se estaba cocinando algo más que recetas. Historia que mantendrían, incluso, en el programa Secretos de Top Chef que emiten después de la entrega semanal del reality culinario.

Queda menos para saber quién será el mejor cocinero profesional de España. Una semana más para que la viguesa Inés Abril prosiga su camino en un programa en el que entró en segunda posición. La próxima vez, cocinará en una gasolinera. Dos litros de súper cocineros, por favor.