JORGE ÁLVAREZ | VIGO

Crisis de fe y salida de Honorato. Así podríamos resumir la última edición de Top Chef en la que la viguesa Inés Abril del restaurante Maruja Limón estuvo a punto de abandonar el programa si no se hubiese cruzado por delante un calamar que quiso ser zanahoria y no pudo.

Y es que el programa de Alberto Chicote se presentaba ayer con la idea de jugar a los espejismos. Desde la primera hasta la última prueba los aspirantes a mejor cocinero de España se enfrentaron a una serie de obstáculos que, como todas las semanas, los reta a demostrar que están preparados para ser merecedores del título.

Primera prueba y primera dificultad. Una despensa disfrazada de papel de aluminio como aquel piso de Mr. Bean envuelto en papel de periódico antes de recibir una mano de pintura. El desafío no era otro que elaborar un plato en el que se incluyesen todos los ingredientes -fuese el que fuese- que sacaban del almacén.

Las propuestas fueron tan variadas como atrevidas. Carlos Medina, el cocinero químico, definió la prueba (o su plato, elijan ustedes) como esas preparaciones que se hace uno cuando está en casa un domingo sin trabajar. El plato de éste, por ejemplo, era una amalgama de ingredientes no apto para todos los estómagos. Excepto el de Alberto Chicote, que los probó todos sin amilanarse.

Victorioso saldría Fran Vicente, que repite título de inmunidad, y sería el encargado de organizar los equipos para la prueba de grupo, la del reencuentro. Un derbi que se jugaba en Toledo y en el que los concursantes de Top Chef 2 se sometían al juicio de sus predecesores, los participantes de Top Chef.

Con un equipo liderado por Jesús Almagro, Inés Abril vivió su primera crisis de fe. La gallega no se encontró cómoda elaborando un plato dulce y un plato salado en el que el queso sería el protagonista. No logró cerrar la puerta del horno y de ahí hasta el final perdida estuvo hasta levantar el cuchillo que le diría que la pasada noche se enfrentaría a su primera prueba de eliminación.

Fran organiza los equipos para la prueba grupal

Un trampantojo de salida

Llegó la prueba final con cuatro contrincantes: David García, Marc Joll, Inés y Honorato. Todos ellos, con el lance de la ganadora del año pasado, Begoña. En esta ocasión, la de realizar un trampantojo.

Mientras David salió airoso de la prueba y con el beneplácito de Alberto Chicote, Susi Díaz y el gallego Yayo Daporta, Marc se fue con un tímido aplauso. Su sardinas y piquillos no lucieron tanto como el fuet dulce que propuso el primero.

Harina de otro costal fueron los platos de Inés y Honorato. La primera intentó plagiar un plato visto en la primera edición. Atravesando su segunda crisis de fe de la noche, su amago de sushi dulce reconvertido a maki no satisfizo del todo al jurado y bien pudo valerle la expulsión.

Salida que evitó porque el 'calamar zanahoria' de Honorato no cumplió con el objetivo. De mediocre llegaron a calificar la propuesta del ahora ex concursante. Así que, al fenómeno televisivo de la temporada no le quedó otro remedio que recoger sus cuchillos y abandonar la edición de este año de Top Chef.

Expulsión de Honorato de Top Chef