El 25 de enero de 1990 nacía Antena 3, la primera cadena privada de España que, un cuarto de siglo después, celebra el éxito de un estilo reconocible y reconocido en el que sus profesionales tienen mucho que ver, como Matías Prats, al que en un día como hoy le gustaría dar la noticia del fin del paro.

Este veterano presentador llegó a Antena 3 en 1998 después de más de veinte años en TVE, un cambio de un medio público a uno privado que, si bien le costó dar, cree que fue "un gran acierto".

Matías Prats (Madrid, 1950) reconoce en una entrevista con Efe que está pasando por un momento "muy bueno" en Noticias Fin de Semana de Antena 3, donde la respuesta de la gente es "óptima", y que tras cuarenta años en el periodismo no ha conseguido que se le vaya "la ilusión del principiante".

P.- Antena 3 celebra veinticinco años y usted ha formado parte de esta trayectoria durante diecisiete de ellos, ¿el balance es positivo?

R.- Fue un paso desde TVE que llegó en un momento justo, habían pasado dos o tres trenes por delante y no me había subido a ellos y este de Antena 3 me pareció el más adecuado, el que podía identificarse con aquél Matías Prats.

Tuve la suerte de que había mucha gente amiga, compañeros que me sirvieron de acicate y de anzuelo para tirar de mí como Olga Viza, Pedro Piqueras, Ernesto Sáenz de Buruaga o Susana Griso. Todos ellos cantando al mismo tiempo las excelencias de la cadena y del paso tan importante que iban a dar los informativos me convencieron y, aunque me costó mucho, el tiempo me dio la razón y creo sinceramente que fue un gran acierto.

P.- ¿Qué recuerdos guarda de la televisión pública?

R.- Fueron 23 años. Allí crecí, me desarrollé, aprendí el oficio y tuve la inmensa fortuna de que no me arrinconaran, pues muchas veces, desgraciadamente en la televisión pública, con los cambios de gobierno venían algunos cambios en el seno de los informativos. Me fui salvando de aquellas situaciones y con el confort de encontrar siempre acomodo en el plano deportivo.

P.- Debutó en 1974 como presentador en radio.

R.- Sí, pero fui Matías el breve. Tuve la oportunidad de empezar colaborando en un programa deportivo fundamentalmente porque el director del programa se llamaba Matías Prats; era mi padre y hay que reconocer que iba muy enchufado.

Me dio una oportunidad y quiso probar si podría ganarme la vida el día de mañana si no terminaba las carreras. Estudié Derecho y Periodismo pero no las acabé. He sido un desastre de chaval como alumno pero que tuvo la inmensa fortuna de encontrar después un acomodo inesperado.

P.- ¿Cómo fue la primera vez que se puso ante una cámara?

R.- Fue en 1975, en La 2 de TVE, con poca repercusión. Recuerdo ese primer informativo con mucho nervio, inseguridad; el Matías de cierta templanza o con la imagen que da de tranquilidad, sosiego y dominio ha llegado, si es que ha llegado alguna vez, con el paso de los años.

P.- Su trayectoria está unida al deporte y a los informativos. ¿Con qué se queda?

R.- Con los dos. El deporte era lo que había respirado siempre en casa, mi padre se dedicó a muchas cosas porque era un todoterreno pero los fines de semana era cuando Matias chaval le acompañaba a todos los acontecimientos deportivos y me fue introduciendo en ese ambiente.

Además, en TVE teníamos todos los deportes habidos y por haber y recuerdo las dificultades para meter toda la oferta de que disponíamos en las tres o cuatro horas matinales, había que elegir entre Roland Garros, el Tour de francia, el fútbol... era fantástico a la vez que un problema.

A la hora de desarrollar mi trabajo el deporte me dio más seguridad, más capacidad de improvisación, porque en los informativos está todo mas cerrado.

P.- ¿Qué momentos inolvidables ha vivido como periodista?

R.- No hay rutina en este trabajo, todos los días se cambia de portada en los periódicos y de escaleta en un informativo. La corriente de información no deja de fluir y en estos últimos años con mayor trascendencia si cabe que antes.

Recuerdo el 11-S, la gente siempre alude a él, tiene un recuerdo de ver alguna imagen y me identifica porque en muchas fui la voz que les guió en el desarrollo de aquel acontecimiento terrible e inolvidable.

Otros momentos fueron el 11-M y las elecciones generales de días después. He cubierto todas las elecciones y no recuerdo una atmósfera como la de ese día con la victoria sorprendente e inesperada, según los datos de que disponíamos, del PSOE.

También será siempre inolvidable la posibilidad que me brindó Antena 3 de narrar en directo la llegada del primer presidente negro a la Casa Blanca, fue un hecho extraordinario.

En deporte también serían incontables los momentos inolvidables.

P.- ¿Se considera un privilegiado por el aprecio de los espectadores y todos los galardones que ha recibido?

R.- Es difícil de calibrar. Siempre tuve buena prensa en el otro lado (el medio público) y cuando pase aquí incluso se multiplicó; una cadena privada tiene que buscar sus propios medios a través de la publicidad y quizá eso me diera un plus de simpatía o reconocimiento por parte de la gente.

Después tuve la suerte de que los informativos de Antena 3 empezaron a calar y en pocos años nos convertimos en líderes de los de la noche, era la primera vez que pasaba contra una televisión pública tan estable como la nuestra y era un dato que no se había registrado en los grandes países con televisiones públicas.

P.- ¿Le afectan las audiencias?

R.- Son un peaje pero no me siento excesivamente esclavo de esa lectura, no tengo una adicción especial que me empuje a buscar la primera información de la mañana sobre lo que hemos hecho el día anterior. Prefiero levantarme tranquilamente y mientras me tomo el café digo, vamos a ver cómo ha respondido la audiencia.

Pero sería un estúpido si no reconociera que nos debemos a nuestro público y debemos saber cuál es su respuesta a lo que le ofrecemos.

P.- ¿Cómo son los informativos que presenta los fines de semana?

R.- Estoy pasando un buen momento, debe reconocerlo. He descubierto muchas cuestiones positivas en los informativos de fin de semana, en los que trabajo con un equipo muy joven y con enorme ilusión. Nos hemos ensamblado perfectamente, la información no es tan densa, no tiene un contenido político tan abrumador como de lunes a viernes, te da tiempo a hacer otros temas.

La respuesta de la gente está siendo óptima, ha aumentado la audiencia y no se puede pedir mucho más.

P.- ¿Qué noticia le gustaría dar justamente hoy, en el 25 aniversario de la cadena?

R.- "Señoras y señores, por fin lo podemos decir, el paro en España se ha terminado, todos han encontrado un trabajo digno y bien remunerado".

¿Te imaginas qué audiencia íbamos a tener? Tratemos de que poco a poco vayamos quitando ese sufrimiento tan terrible que nos ha tocado padecer en estos últimos años como es la ausencia de trabajo.

P.- ¿Los Prats llevan el periodismo en la sangre?

R.- Unos son más vocacionales que otros porque, aunque parezca mentira, yo tardé algo más en abrazar esta profesión. En cambio, mi hijo desde que tenía 7 u 8 años cogía una grabadora y empezaba a narrar partidos; yo decía: con este no hay nada que hacer, le encantaba estar con su abuelo y a su padre le hacía un poco de caso también. Ahí está ya de tercera generación.

P.- ¿Piensa alguna vez en su jubilación?

R.- De momento no me la planteo. Pero llegará el momento de tomar el control de nosotros mismos. La vida no es como parece a primera vista, una montaña que se escala por un lado y se desciende por el otro una vez alcanzada la cumbre. La vida es cambio continuo. La jubilación no debería ser una despedida, es otra etapa de nuestra vida y habrá que aceptarla y estará llena de posibilidades. Sí estoy preparado para que cuando llegue sea una jubilación activa.