JORGE ÁLVAREZ | VIGO

Una de las frases más celebradas de la maltrecha Perdidos fue aquella que en su día pronunció Jack, el desorientado médico que se encontraba con el cuerpo de su padre en todas las esquinas de la enigmática isla: "Vivir juntos, morir solos". Cuatro palabras que resumen por el momento el paso de Lidia por Masterchef. "Tienes que abrirte más", le insistía Jordi Cruz a la nutricionista gallega que superaba con acierto -a juzgar por la resolución final del jurado- la zancadilla gastronómica que le había puesto poco antes una de sus compañeras.

Y es que el viaje de Lidia por MasterChef está marcado por el fuerte carácter que ha demostrado en las primeras entregas del reality. La riña con Pepe en el primer programa; el enfrentamiento con Jordi Cruz en el segundo y ahora, en este último con sus compañeros.

La de Caldas fracasó en la difícil primera prueba y no fue quién de acabar un postre cinco estrellas en forma de mandarina dulce. Los elementos, el tiempo y los materiales no corrieron de su parte ni de la de sus compañeros. De lo que se supone debería haber sido algo parecido a un profiterol, sólo pudo obtener una papilla.

De ese naufragio en los fogones llegó la prueba de grupos. Cocinando en soledad rodeada de compañeros, la gallega terminó ocupando una plaza en la prueba de eliminación de MasterChef pese a formar parte del equipo ganador de la prueba. "En la cocina no se puede estar sola", razonaba el jurado ante la perpleja gallega.

"Lidia tienes que creer en ti"

"Lidia tienes que creer en ti"

Masterchef: más agresivo y sentimental

De vuelta de Cuenca, llegó la tercera prueba de la noche y con ella el momento álgido de la noche. Está claro que este año MasterChef ha apostado claramente por la agresividad en los juicios (León come Gamba y la rotura de un plato de Jordi Cruz en la primera prueba son dos ejemplos) e incrementar la rivalidad entre los concursantes más allá de los fogones.

La prueba de eliminación se encargó de acentuar este último aspecto. El objetivo: cocinar un pollo en pepitoria. La dificultad: los concursantes debían quitarle un ingrediente a uno de sus rivales. Aunque Lidia no fue la más perjudicada, sí perdió un ingrediente tan importante como el pollo. Mila, despechada por "la prepotencia" de la gallega quiso amargarle la noche.

Mila,'mala de las cocinas'

A punto estuvo de conseguirlo pero la nutricionista pontevedresa logró completar un plato que guisado a fuego lento junto a un cambio de imagen gracias al montaje de MasterChef, nos mostró a una mujer dura ante las adversidades, consciente de su situación y preocupada por su embarazo. "Son las hormonas chica", confesaba entre lágrimas en un aparte.

Sobrevivió con su plato vegetariano a costa de que Raquel, la concursante eliminada de esta semana, abandonase las cocinas del programa que custodia Eva González y que este año ha decidido convertirse en un espectáculo. Puede que el día que Lidia salga de MasterChef le diga al jurado y presentadora: "Tenemos que volver". Tal como hizo Jack, el desorientado médico de Perdidos, con Kate.