Primero fue el paso de la televisión analógica a la televisión digital terrestre (TDT) y en 2010 hubo que adaptar antenas y comprar decodificadores para los televisores viejos. Después llegó el primer dividendo digital, había que liberar espacio radioeléctrico (la franja de los 800 megahercios) para la expansión de la tecnología móvil 4G y en 2014 se cambiaron de banda los canales de TDT, con lo que hubo que adaptar antenas comunitarias y volver a resintonizar los televisores. Ahora llega el segundo dividendo digital y de nuevo habrá que andar con la antena y pelearse con el mando a distancia para buscar los canales.

La Unión Europea dará de plazo a España hasta el 30 de junio de 2018 para elaborar una hoja de ruta que pilote el proceso de emigración de los canales de la TDT desde la banda de 700 megahercios (MHz) a la denominada banda "sub 700", un proceso que deberá estar concluido el 30 de junio de 2020. Con ello se atenderán las peticiones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que en aras de un uso eficiente del espacio radioléctrico propuso que la banda de los 700 MHz quedara libre para habilitar en ella la quinta generación de telefonía móvil, la 5G, indispensable para dotar a la red de una conectividad más rápida que permita la conexión de miles de dispositivos en hogares y lugares de trabajo, la llamada Internet de las cosas.

Desde la industria de la televisión digital terrestre se ve la migración de banda como un mal menor teniendo en cuenta que en muchos países europeos la TDT no es la tecnología mayoritaria (está más extendida la televisión por cable o por satélite) y la llegada del 5G podía poner en peligro su futuro. El pasado 15 de marzo el Parlamento Europeo aprobó una resolución legislativa que asigna la banda de 700 MHz a servicios móviles y fija que la banda sub 700 MHz (donde ya están instalados algunos canales de TDT) permanezca asignada prioritariamente a los servicios audiovisuales hasta, al menos, 2030.

"El acuerdo del Parlamento Europeo establece un equilibrio entre los intereses de la industria de la telefonía móvil y el mantenimiento de la televisión en abierto, ya que se dota a la TDT de seguridad jurídica a largo plazo", destacó el abogado Ángel García Castillejo, ex consejero de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones y actualmente secretario de Televisión Abierta, organización que agrupa a los principales agentes de la TDT, desde cadenas y productoras de TV a asociaciones de usuarios de medios, pasando por instaladores y de fabricantes de equipos.

Un vez que la TDT tiene garantizado su espacio radioléctrico, lo que preocupada a industria y usuarios es el proceso de migración de banda, que exige una nueva reubicación de emisiones y la adaptación de las instalaciones de recepción de los hogares, con nuevas modificaciones en las antenas que no sean digitales. "Ese proceso no puede ser disruptivo y debe tener el menor impacto y coste económico tanto para los ciudadanos como para los distintos agentes afectados", señaló el secretario de Televisión Abierta, que demanda al Gobierno que "se establezcan los mecanismos legales adecuados para que parte de los fondos obtenidos por la adjudicación a los operadores de servicios de telefonía móvil del espectro de la banda 700 MHz que ahora ocupa la TDT sean consignados para compensar los costes de los ciudadanos y agentes afectados por la migración".

España ya abordó dos transiciones tecnológicas con la TDT y en ambas hubo lagunas. En 2013 el Supremo anuló la concesión de nueve canales y posteriormente el Tribunal de Luxemburgo condenó a España a recuperar los casi 300 millones otorgados para llevar la señal a territorios remotos, ayudas que beneficiaron a Asturias. Por eso la industria no se fía.