El granadino Jorge Brazalez, ganador de la quinta edición del concurso de televisión "Masterchef", sueña con abrir un restaurante en el que pueda servir "platos con identidad y una historia, que les recuerde a algo a las personas".

Brazalez, exfutbolista de 28 años, se ha alzado con el premio tras una última prueba en la que los finalistas debían preparar un menú de tres platos a los jueces Jordi Cruz, Samantha Vallejo-Nájera, Pepe Rodríguez y al chef con más estrellas Michelin, Joël Robuchon.

"Quizá en mi vida haya conseguido tres sueños. El primero fue jugar en el Atlético de Madrid. A este le superó ser el primer español en marcar en el América de Cali; pero a ambos sueños les ha superado por goleada ganar Masterchef", aseguraba anoche nada más saber que era el ganador.

Para Brazalez tener la oportunidad de que una "eminencia" de la gastronomía como Robuchon probara los platos que le han acabado dando el triunfo hace todo "muy especial y significativo", y asegura que en el momento de la preparación "no tenía miedo, sino respeto".

"Cuando veía que estaba sacando los platos como debía estuve más tranquilo y con cada palabra buena del jurado hacia mí, me entraba más seguridad", añade el joven que recibirá junto a su trofeo 100.000 euros en metálico, un máster de cocina y la publicación de su propio libro de recetas.

Prueba final

Brazalez escogió un menú que tituló "My Alhambra", en homenaje a su tierra natal, por lo que decidió incluir gustos árabes para dar "ese toque andaluz" que le es tan cercano.

Un postre titulado "El beso" ha surgido como idea para rendir homenaje a un restaurante que "ha cambiado" la dirección de su vida -Beso Beach, de Formentera-, y también para añadir algo de "romanticismo" en su cocina.

En la prueba final Brazalez compitió con otros dos finalistas: Nathan, que quedó en segundo lugar y con quien dice que "siempre ha sido un placer competir", y Edurne, que logró el tercer puesto, y de quien resalta "tener mucha fe en hacer algo y perseguirlo con ganas".

Brazalez recuerda el momento en el que Pepe Rodríguez anunció su nombre como ganador del programa y su compañero Nathan, quien se encontraba a su lado "no perdió un segundo en lamentarse" y se lanzó a felicitarle "como si él mismo hubiera ganado".

De esta experiencia de tres meses dice que lo más valioso ha sido "el máster" que él y sus compañeros han hecho a nivel de experiencias, y la gran recompensa que recibió por "el sacrificio" de las cosas más difíciles, como el aislamiento durante el rodaje: "Es muy duro, pero al final ha salido como soñamos", añade.

Aunque explica que su cocina "ha evolucionado mucho", especialmente en las últimas semanas, espera seguir formándose en el Basque Culinary Center en San Sebastián, a donde tienen la oportunidad de asistir los tres finalistas del programa, para ver "hasta dónde" puede llegar.

Así fue su victoria

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