Parece que fue ayer cuando Walter White (Bryan Cranston) y Breaking Bad llegaron a nuestras vidas. Gimoteando, en calzoncillos, al volante de una autocaravana en medio de una perseción trepidante y con una pistola en la mano, el pobre Walter parecía un personaje muy divertido en el episodio piloto de la serie. Un profesor de Química que se lanzaba al lado peligroso de la vida al aplicar sus conocimientos en la materia para fabricar la anfetamina perfecta después de que le diagnosticaran un cáncer de pulmón. Pronto, Walter descubrió que le gustaba más su papel de malo que el de anodino profesor de instituto, donde hasta sus estudiantes se reían de él, mientras está pluriempleado en un lavadero de coches.

Acompañado de su inseparable exalumno Jesse Pinkman (Aaron Paul), poco a poco se iba moviendo como pez en el agua en el mundo de la delincuencia, donde suele imperar la ley del más fuerte. Walter, que asumiño pasa su faceta criminal la identidad de Heisenberg, suplía la falta de músculo con su cerebro, manipulando a todos los que lo rodeaban para que hicieran exactamente lo que él quería. Se autoconvencía de que todo lo hacía por su familia, su mujer Skyler (Anna Gunn), embarazada de cinco meses y un hijo de 15 años con parálisis cerebral. Pero desde el principio veíamos que, en realidad, todo lo hacía por él mismo. Por alimentar su ego y escapar de una vida gris y anodina. La prueba más palpable llegó cuando pareció superar su enfermedad, pero siguió sumergiéndose en el mundo del hampa. La fórmula fue todo un éxito, la anfetamina más pura del mercado. Walter ganó millones pero como una especie de Rey Midas parecía corromper todo lo que tocaba.

Y así nació una leyenda en la historia de la televisión. Cinco temporadas inolvidables que hacen que Breaking Bad todavía siga siendo hoy una de las series más maratoneadas por los espectadores. La AMC emitió un maratón con los 62 episodios de la serie desde el 31 de diciembre, aunque ignoro si ya los ha terminado. Breaking Bad fue una de las primeras que logró que algunos de sus episodios fueran puntuados con un diez en la página IMDB. La segunda fue Juego de Tronos, pero eso es otra historia. Para muchos Breaking Bad es una obra maestra, mientras que en las redes no pueden faltar los haters que dicen que está un poco sobrevalorada.

El primer episodio de Breaking Bad se emitió el 20 de enero de 2008. Ese mismo año comenzaron otras series que han dejado huella en los espectadores, como True Blood, Fringe, El Mentalista, o la versión de Kenneth Brannagh del detective Wallander. Entre las que se despidieron de la pantalla ese mismo año en que 'Breaking Bad' vino al mundo estaba 'The Wire', otra serie que también reflejó el truculento punto de las drogas, aunque con un estilo muy diferente. 'Breaking Bad' formó parte del trío de ases, que completaban 'The Walking Dead' y 'Mad Men', con el que la AMC logró plantar a la HBO en la producción de series. Hoy con los zombies de capa caída y con la historia de Don Draper ya finalizada, la AMC busca nuevos títulos con los que recuperar el esplendor de antaño.

Breaking Bad nació de la mente de Vince Gilligan, veterano guionista y realizador televisivo estadounidense que se curtió en Expediente X (otra serie que ha vuelto) desde sus inicios. Entre los directores de algunos de sus mejores episodios, está Rian Johnson, el mismo que hoy tiene divididos a los fans de la franquicia galáctica Star Wars por excelencia a cuenta de su trabajo en la recién estrenada Los Últimos Jedi. Johnson fue el director de Ozymandias, considerado como uno de los mejores episodios de la serie, aquel en el que Walter White completaba un viaje sin retorno hacia el lado oscuro y perdía una de las pocas cosas que aún le ataban a la humanidad. Fue el momento en que la serie pisó el acelerador para precipìtarse hacia su final en la quinta temporada.

Con Breaking Bad se consagraron los antihéroes en televisión. Las series ya no estaban protagonizadas por figuras positivas que suponían un modelo a seguir. Los héroes se habían terminado. Llegaban personajes moralmente cuestionables cuyas decisiones no eran precisamente un modelo de conducta. HBO ya abrió el camino pocos años antes con Toni Soprano y por él siguieron otros personajes como Walter White o Dexter Morgan, el adorable asesino en serie de Showtime.

Tres años antes, también en Showtime se nos había empezado a contar en Weeds la historia de un ama de casa que se debía dedicar a la venta de marihuana para mantener su nivel de vida. El último gran ejemplo del antihéroe es el Francis Underwood de 'House of Cards'; mientras que en 'The Walking Dead' los protagonistas no puede decirse exactamente que sean villanos, pero deben adoptar decisiones difíciles en un mundo donde las reglas de siempre ya no funcionan y la civilización tal y como la conocíamos ha muerto. Los brutales efectos de la crisis económica han generado un mundo donde todos los referentes morales parecen haber caído y reina el desencanto. El ascenso del antihéroe es reflejo de la sociedad que nos ha tocado vivir. Con Walter White aprendimos lo que era dejar un día un trabajo de mierda para pasarse al otro lado de la ley. Con él asistímos de primera mano al espectáculo de cómo, según palabras del propio Vince Gilligan, mister Chips se convertía en Scarface.

Lo normal es que sean los norteamericanos quienes versioneen producciones de otros países para estrenarlas allá. Curiosamente, con Breaking Bad ocurrió lo contrario, ya que tuvo su versión latina. La ubicación de la trama en la frontera con Méjico, la convertían en un título perfectamente adaptable a otros países latinoamericanos con el problema del narcoterrorismo. Metástasis era una coproducción colombiana-estadounidense para los países latinoamericanos que adaptaba la serie de Vince Gilligan.

De esta manera, el resto del mundo conoció que en estos países hay un género muy popular desde hace más de una década, las narcoseries, que contaban historias ambientadas en el mundo de los carteles de la droga. Netflix ya se ha enganchado al género y ofrece en su catálogo algunos de los títulos más conocidos, así como otros de producción propia como 'Narcos', que empezó narrando la vida de Pablo Escobar y ha seguido contando la historia de los traficantes más poderosos y no sabemos dónde acabará. La plataforma lleva también emitidas dos temporadas de otra serie dedicada a El Chapo, pero no ha alcanzado ni de lejos el éxito de la protagonizada por Escobar.

Mientras tanto en AMC, el espíritu de Walter White sigue vivo. 'Better call Saul', el spin off de 'Breaking Bad', ha cogido el testigo de su serie madre en una precuela con algunos de sus personajes secundarios. El año pasado cerró su mejor temporada (la tercera) y nos ha dejado con los dientes largos esperando la cuarta que llegará en septiembre. Pero no hay que encariñarse mucho con ella porque los productores tienen previsto que finalice en la quinta. Better call Saul arrancó buscando su propia identidad, pero no nos engañemos, es mejor cuanto más se parece a Breaking Bad. La llegada o retorno de Gus Fring (Giancarlo Esposito) a la serie la ha hecho subir muchos puntos. Ya hay un buen número de secundarios de la serie original que se han sumado a la troupe de Saul Goodman (Bob Odenkirk) y Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks).

A medida que se vaya acercando a su final, la cifra de invitados todavía podría crecer aun más. Todos esperamos que Better call Saul deje de ser una precuela y se lance a contar qué fue lo que pasó tras el final de su serie madre. Desde la primera temporada hemos tenido secuencias en blanco y negro que nos narran hechos ocurridos en esos momentos futuros. Hasta puede que tengamos cameos de Walter y de Jesse. Para redondear ese décimo aniversario, sería una de las grandes sorpresas que se podría dar a los fans. ¿Habrá más regresos?