Uno de los retos de la tercera temporada de Narcos era superar la ausencia de un villano tan carismático como Pablo Escobar (Wagner Moura), uno de los narcotraficantes más poderosos de la Historia. También afrontar la decisión de prescindir de otro de sus protagonistas principales, el agente Murphy (Boyd Holbrook) que fue uno de los artífices de la captura/ejecución de Escobar. Pero es que la Historia deja claro que el primero murió y el segundo pasó a dedicarse más a su familia tras la caída del monstruo. El papel protagonista de cazador de narcos de la DEA ha pasado a manos de su compañero de reparto Javier Peña (Pedro Pascal). En los nuevos episodios, el cartel de Medellín también ha sido reemplazado por el de Cali, cuyos narcos quizá no son tan conocidos para el espectador medio. Pese a todo, la serie de Netflix ha cerrado con nota una tercera temporada que mantiene la intriga y deja con ganas de más. Narcos suple la ausencia de Pablo con todo un plantel de personajes secundarios y una trama ágil llena de suspense, continuandio el repaso a la historia de una de las lacras de esta zona del planeta durante las últimas décadas. Todo parece indicar que en la cuarta temporada la acción se trasladará de Colombia a México, por lo que no sólo habrá cambio de narcos sino también de país.

La figura de Pablo Escobar había sido el principal tema argumental de Narcos en sus dos primeras temporadas. El año pasado causó cierto malestar que la plataforma publicitase la segunda temporada con la reveladora frase Pablo muere. El mensaje era que en la serie había otras historias que contar de la guerra de Estados Unidos contra el narcotráfico más allá de Pablo Escobar. Por eso la prueba de fuego era esta tercera temporada (disponible desde comienzos de septiembre), la primera sin Pablo. Aunque para los detractores del acento del actor seguro que era una gran noticia. La plataforma ha contado con una ingeniosa campaña de publicidad para ir calentando el ambiente y crear expectación. Mientras que en Madrid, en la Puerta del Sol los carteles promocionaban la serie con la frase "Sé fuerte" (¿dónde habré oído yo eso), o "No te pases de la raya" en el Metro, en otros países se ha recurrido a un vídeo en clave de humor en el que los actores que encarnan al cartel de Cali en la ficción amenazan con tomar represalias para aquellos que se descarguen la serie ilegalmente. Plata o plomo.

En España, los nuevos episodios tienen el aliciente de contar en el reparto con actores patrios como Javier Cámara, Miguel Ángel Silvestre y Tristán Ulloa. Casi como si los productores de la serie supieran que el estreno de la tercera temporada iba a coincidir con la llegada al Festival de Venecia de la película española Loving Pablo protagonizada por Javier Bardem y Penélope Cruz dirigidos por Fernando León y que cuenta el romance entre Pablo Escobar y la periodista Virginia Vallejo.

Como una hidra, tras la caída de Escobar el cartel de Cali, toma el control del narcotráfico en Colombia. Cuatro son las mentes que dirigen la organización: los hermanos Gilberto y Javier Rodríguez, Pacho Herrera y Chepe Santacruz. La suma de los cuatro quizá no tenga tanto carisma como Escobar, pero brindan grandes momentos para la serie y los dosifican el tiempo justo para que no se note demasiado. Dada la colaboración que el cartel de Cali tuvo en la desaparición del sanguinario narcotraficante, hay como una especie de permisividad de las autoridades hacia ellos. La actitud es mirar hacia otro lado ante el reguero de cadáveres que dejan a su paso y consolarse pensando que Pablo era mucho peor. Pero la violencia siempre llama a la violencia y todo es susceptible de empeorar. El equipo policial que pretende hacer caer al cartel de Cali no sólo ha de eludir el férreo sistema de contrainteligencia (lo llaman el KGB de Cali) que tienen los miembros del cartel, sino también las filtraciones de policías y gobernantes corruptos que están a sueldo de los narcos. Esta guerra es una especie de juego en el que hay personas que son usadas como meros peones por parte de sus protagonistas, sin tener en cuenta que les están arruinando la vida sólo por el hecho de involucrarles. La trama que protagonizan Miguel Ángel Silvestre (Velvet, Sense 8) y Kerry Bishé (Halt and Catch Fire) es uno de los principales ejemplos.

Lo mejor de la temporada es la trama de Jorge Salcedo (interpretado por Matías Varela), en el papel de jefe de seguridad del cartel arrepentido que intenta desvincularse de las actividades de sus jefes y poner a salvo a su familia. Sus escenas son las que más suspense generan. Casi que le roba el papel de protagonista a Peña, quien nos acaba dando lo mismo si sale o no. Una de las mayores críticas que recibió la serie en su día vinieron del propio hijo de Pablo Escobar, Sebastián Marroquín, que hablaba de hasta 28 errores en el guión con respecto a la realidad y que básicamente se resumen en presentar una imagen demasiado idealizada del narcotraficante. Quizá para huir de esta vieja polémica, han aparecido entrevistas con el auténtico Salcedo elogiando la fidelidad de lo narrado con las situaciones que él vivió en esta temporada, aunque entiende que por cuestiones dramáticas algunas cosas se hayan cambiado. El problema ha sido que la entrevista en sí misma ha sido un pedazo de spoiler, porque el mayor suspense de la temporada consistía en saber si Salcedo y su familia salían vivos o no de Colombia. Salcedo vive hoy en Estados Unidos con una nueva identidad tras acogerse al programa de protección de testigos.

No sé si es una especie de homenaje el papel de Edward James Olmos como padre de Peña en esta tercera temporada. No hay que olvidar que Olmos alcanzó una gran popularidad durante los 80 en el papel del teniente Castillo en la mítica serie Corrupción en Miami. Un procedimental policiaco creado por Michael Mann en el que los protagonistas luchaban contra los narcos sudamericanos precisamente durante los años en los que Pablo Escobar estaba en lo más alto del cartel de Medellín, por lo que fue el germen de Narcos. La serie en su día fue toda una revolución en la historia de la televisión, aunque la lucha contra los criminales es diferente en ambas. Los agentes norteamericanos vestían de Armani y hacían persecuciones en yates. Aquí los agentes actúan más en la selva colombiana, con equipos de camuflaje y respaldados por el Ejército.

El final de la tercera temporada de Narcos deja en el aire si contaremos con Javi Peña o no en la cuarta para luchar contra los narcos mexicanos en esa nueva batalla que se cierne en el horizonte. Otra duda es ¿nos contarán algo nuevo? Al abonado de Netflix seguro que no se le ha pasado por alto que hay varias series dedicadas al Chapo Guzmán en el catálogo de la plataforma en streaming. El tiempo lo dirá y parece que en Netflix tienen las cosas bastante claras, ya que cuando dieron luz verde a la tercera temporada también dejaron establecido que habrá una cuarta.