'Twin Peaks' ha vuelto por todo lo alto. Regodeándose en su rareza y negándose a optar por caminos fáciles y complacientes con el espectador. Surrealismo en estado puro. El domingo llegaron los nuevos episodios a Estados Unidos y anoche Movistar ofreció en España la versión doblada. Entre tanto, el jueves en el festival de Cannes,su creador, David Lynch, fue recibido en olor de multitudes acompañado de uno de sus actores fetiche, Kyle MacLachlan, que en la serie de televisión inmortalizó al agente Cooper. Lynch ha conseguido retomar una obra que en su día quedó inacabada y que difícilmente en los tiempos que corren hubiera podido durar mucho en antena en una televisión en abierto.

Cuenta la leyenda que el día en que Tele 5 emitió el último episodio de 'Twin Peaks' en aquellos lejanos 90, la centralita se colapsó de espectadores indignados diciendo qué tomadura de pelo era eso. Al menos recuerdo haber leído ese titular en su día, cuando yo todavía no había visto nada de la serie que estaba en boca de todo el mundo. Lynch empezó enganchando a su público bajo algo que aparentemente era una historia policíaca y que, a medida que avanzaba semana a semana, se iba transformando en algo más, cuando el director empezó a deslizar elementos que han sido constantes en su obra cinematográfica. Un estilo que Lynch perfeccionó y redondeó en películas posteriores como 'Carretera Perdida', 'Mullholand Drive' e 'Inland Empire'. Aquel que haya visto estas tres películas, estará preparado para lo que se va a encontrar cuando se siente a ver los nuevos episodios de 'Twin Peaks'. Lynch es de esos directores al que adoras u odias, pero desde luego nunca deja indiferente a nadie.

Mientras se trabajaba en el proyecto para traer de regreso a 'Twin Peaks', David Lynch se marcó un pulso con Showtime amenazando con no seguir el proyecto porque no le daban suficiente presupuesto. La cadena rectificó y accedió a sus demandas. Y era la decisión acertada porque 'Twin Peaks' sin David Lynch era un proyecto condenado al fracaso. Muchos no olvidan que uno de los motivos que la abocaron en su día a la cancelación durante la segunda temporada fueron aquellos capítulos en los que tanto Lynch como Mark Frost se desvincularon totalmente de ella y aquello se convirtió en la serie en la que los personajes hacían cosas raras aunque aquello no tuviera ningún sentido.

El canal Showtime presentó el pasado fin de semana los nuevos episodios de la mítica serie de televisión. Cuatro episodios de golpe de un total de 18 que van a suponer una experiencia televisiva totalmente distinta. Tardamos mucho en reencontrarnos con los viejos personajes y en el cuarto capítulo hay alguno que todavía no ha aparecido. Personajes nuevos se van alternando con los de toda la vida, para descubrir que en el caso de algunos de ellos se nota el paso de estos 25 años.

La banda sonora casi brilla por su ausencia en los primeros episodios y no es hasta el cuarto cuando escuchamos por primera vez el tema de Laura Palmer compuesto por Angelo Badalamenti, una de las más grandes bandas sonoras televisivas de los 90. En estos primeros episodios digamos que la partitura es sustituida por sonidos que ayudan a crear la atmósfera que Lynch quiere trasmitir. Y es que hay sonidos que dan muy mal rollo. Tampoco faltan los momentos para la nostalgia, en los que las actuaciones de Julee Cruise en el bar del pueblo han sido reemplazadas por nuevas bandas, que dan savia nueva a la banda sonora de la serie como demuestra el vídeo de abajo.

En estos primeros episodios Lynch combina surrealismo con su particular sentido del humor y siempre bajo sus propias reglas. En su obra siempre ha estado muy presente el contraste entre la inocencia con el lado más perverso del ser humano. Son igual de lynchianas esas escenas donde un hombre pasa el día encerrado en una habitación mientras decenas de cámaras fotografían una extraña caja de cristal (secuencia que tiene un deselance espeluznante); como esa señora que llama a la Policía para alertar de que cree que algo le ha pasado a su vecina pero es incapaz de recordar un solo dato que pueda ayudar a los agentes a hacer su trabajo.

No faltan homenajes a algunos de los actores que fallecieron durante y después del rodaje. Como la inolvidable Catherine Coulson que retomó a su personaje de la dama del leño por última vez cuando el cáncer estaba acabando con su vida. También aprovechan para despedirse de Miguel Ferrer y de Don S. Davis (este último protagoniza una escena póstuma, ya que el actor murió en 2008).

Pocos son capaces de decir aún de qué va 'Twin Peaks' en estos nuevos capítulos. En las dos primeras temporadas, el tema estaba claro: ¿Quién mató a Laura Palmer? En la tercera, aún no estamos muy seguros de qué estamos viendo. Lynch nos va enseñando las piezas de un hermoso puzzle que algún momento deberán empezar a encajar. Por lo pronto, ya no estamos sólo en Twin Peaks. La acción tiene otros escenarios tan alejados del idílico pueblo de montaña como Nueva York, Las Vegas.

En este párrafo vienen spoilers, así que el que no quiera saber nada puede saltar directamete al siguiente. Los cuatro primeros episodios parecen componer un hipnótico relato cuyo propósito es contarnos cómo logra el agente Cooper salir de la habitación roja en la que quedó atrapado hace 25 años, mientras su doble malvado quedaba suelto por el mundo. Una huida hacia delante en la que Lynch exhibe su apabullante imaginación. ¿Alguien se imagina el tercer episodio emitido en Tele 5 o en Antena 3 hoy? Por cierto, que en la espeluznante escena de la caja de cristal hay quien ha visto una especie de metáfora sobre lo que son los realities en la televisión.

Si miramos las redes, resulta que 'Twin Peaks' es un éxito y que la gente protagoniza encendidos debates en los foros sobre la simbología de sus planos y hasta hay memes sobre lo que han dado de sí estos primeros episodios. Luego bajamos a la realidad, vemos cuáles son realmente los programas más vistos y uno se enfrenta a la cruda realidad. La primera secuencia del episodio que abre la tercera temporada es todo un guiño a los seguidores de la serie y todo un dedo señalando dónde está la puerta de salida a los no tan adeptos al universo de Lynch.

Los títulos de crédito mantienen la esencia de los que usó la serie en su día, un toque retro que también se ha aplicado a determinados efectos especiales. 'Twin Peaks' tenía muy difícil causar el impacto que en su día causó, por ello Lynch ha elegido la mejor manera para afrontar este reto. Mantenerse fiel a su esencia. Tenemos por delante 18 horas apasionantes en la que una cosa es segura: en ningún momento vamos a ser capacer de predecir qué es lo que vamos a ver a continuación. La capacidad para sorprender se sigue manteniendo intacta con los años.