Cantodorxo acertó este fin de semana con sus jornadas de música tradicional al convocar un concurso destinado a jóvenes solistas de gaita de toda Galicia, de entre 14 y 25 años.

Solo pudieron intervenir quince gaiteiros, algunos acompañados por un tambor, pues era el cupo máximo para evitar que la jornada fuera demasiado extensa para el numeroso público que asistió a la casa da cultura Manuel Lueiro Rey.

Juan Antonio Aguín, director de Cantodorxo, manifestó ayer su enorme satisfacción con el desarrollo de estas jornadas, cuya pretensión era buscar nuevos valores en la interpretación de la música tradicional gallega.

"Estaban dirigidas a jóvenes músicos porque este tipo de actividades están bastante desvirtuadas, pues en ellos participaban demasiados profesionales de este tipo de concursos", lamenta Aguín.

Asegura el director de Cantodorxo que a otros certámenes acuden gaiteiros que ofrecen un repertorio "solo con el fin de obtener el premio" y por ello preparan durante meses "las piezas que van a interpretar". "Lo que pretenden es demostrar el manejo de la gaita o la velocidad a la que tocan sus composiciones", explica.

En el de ayer, los parámetros elegidos para determinar el vencedor fueron muy diferentes. Los gaiteiros no solo tenían que demostrar su habilidad con el instrumento sino que, a la vez, tenían que probar que interpretaban música tradicional.

Para ello, antes de hacer su actuación tenían que entregar la partitura correspondiente, de modo que se garantizaba de antemano que se trataba de una muiñeira o una jota gallega, por poner algún ejemplo. Las partituras fueron supervisadas por Xaquín Xesteira Losada, a la sazón profesor de gaita en la Escola de Música Tradicional y Folk de Vigo, además de director de la Orquesta Folk Galega Sondeseu y componente de Treixadura..

El concurso puso las bases para que la juventud gallega se dedique de lleno en el futuro a la música tradicional, explican los promotores.