El ingenio portaminas ideado en 1898 por el ingeniero e inventor Antonio Sanjurjo Badía para defender la ría de Vigo de un hipotético ataque de Estados Unidos es uno de los precursores españoles del submarino y como tal lo rescatan los investigadores navales Diego Quevedo, Lino Pazos, Cristino Castroviejo y Alejandro Anca en "Los desconocidos precursores españoles de la navegación submarina". La obra será presentada hoy (19.00 horas) en el Museo del Mar de Galicia en un acto que contará con la participación del almirante Manuel Otero Penelas, que estuvo a mando de la Fuerza Naval Permanente de la OTAN del Atlántico (Stanavforlant).

El estudioso pontevedrés Lino Pazos, con más de una veintena de libros relacionados con la navegación submarina, asegura que Vigo y Galicia no valoran en su justa medida el sumergible de Sanjurjo, un invento que se adelantó varios años a la invención del submarino y que hoy es uno de los pocos precursores de esta nave que se conservan en el mundo. "Que se conserve, y en un estado perfecto, se lo debemos a la familia del inventor. Es una joya y cualquier otro país se enorgullecería de tener un invento como este y a un personaje como Sanjurjo Badía, que mantuvo relaciones de amistad con Julio Verne e Isaac Peral", afirma el coautor de este libro (Damaré Edicións), que pretende dar a conocer los sumergibles españoles anteriores al submarino, entre los que el de Sanjurjo Badía ocupa un lugar destacado.

El libro reproduce parte de la noticia publicada por FARO DE VIGO el 12 de agosto de 1898 sobre el éxito de las pruebas de inmersión en la ría del invento de Sanjurjo Badía, al que el propio ingeniero denominó "boya lanzatorpedos", y los planos del artilugio, realizados tomando como modelo el propio aparato, que actualmente exhibe el Museo del Mar, ya que los originales se perdieron en el incendio que asoló la fábrica del inventor en 1942.

Los autores explican con detalle el funcionamiento de esta boya lanzatorpedos, cuya profundidad máxima operativa era de 20 metros. Su autonomía, sin embargo, es difícil de determinar, ya que dependería, según los autores del libro, "única y exclusivamente del aguante físico de los tripulantes y de sus necesidades biológicas". Este sumergible mide 5,31 metros de eslora, tiene forma de "T", es de propulsión manual y está concebido para tres ocupantes. Su poder ofensivo descansaba en dos minas de contacto que contenían cien litros de explosivo cada una y equipadas con disparados manual. Sin embargo, los autores de este volumen no creen que el artefacto hubiera resistido el lanzamiento.

Pazos asegura que la colaboración de los descendientes de Sanjurjo Badía ha sido crucial para poder detallar la maniobrabilidad y operatividad de este ingenio, que esta tarde explicará en Vigo el alférez de navío de la Armada Diego Quevedo, especialista en submarinos y uno de los grandes conocedores de la boya lanzatorpedos del ingeniero vigués. Quevedo aprovechó su estancia en Vigo para visitar ayer visitó la antigua ETEA junto con otro de los autores, Alejandro Anca, y directivos de la asociación Marinetea.