"Un lord inglés se siente más glamuroso si dice que está arruinado pero hubo una jet española entroncada con lo marbellí capaz de envolver la compra del supermercado Día en una bolsa de El Corte Inglés con tal de mantener las apariencias", decía ayer riendo Silvia Grijalba en su distendida charla en el Club FARO sobre "El glamour en tiempos de crisis".

Presentada por el músico Julián Hernández, la periodista poeta y ensayista habló de esos sectores de la sociedad que, tras vivir una etapa de dinero fácil han sido arrastrados por la crisis y, para mantener las apariencias, viven situaciones tragicómicas. Esa es precisamente la trama que subyace en su última novela, "tú me acostumbraste" (Espasa). "Gente que prefiere no comer a vender su casa -dijo- porque de lo primero no se entera casi nadie pero de lo segundo se enteraría todo el mundo. Al calor de esta decadencia de esta sociedad que fue antaño pasto de las revistas del corazón han florecido negocios como el de alquiler de bolsos, zapatos de lujo o casas para dar una fiesta de fin de semana y hasta poder decir que es tuya, siempre que no tengas la mala suerte de que un invitado haya estado ya en ella invitado por otro".

Silvia Grijalba, habla en su novela y nos habló ayer de esa caída, que va desde esa jet de nuevos ricos marbellí a los viejos aristócratas ingleses, que son otra cosa. Alberto, en su novela, cede su apellido a empresas de promoción turística, lady Elizabeth empeña sus joyas en secreto para poder mantener las apariencias... Y la crisis se ceba en quienes apostaron sus fortunas en el sector de la construcción. Luis, un millonario arruinado amigo de Marta, hace la compra en un supermercado lejos de Marbella y la disimula en bolsas de El Corte Inglés. Los negocios de compra de oro florecen y destapan una sociedad de oropel: muchos de sus ostentosos relojes y brillantes no son más que falsificaciones.

Los viajes por esos lugares que frecuentaban son otros escenarios que Grijalba apuntó ayer y desarrolla más por lo menudo en su obra, a través de la trama de una mujer que , tras tambalearse su vida laboral y sentimental, se enamora y entrega a un galán aventurero con el que transita por un limbo de viajes exóticos. Un viaje, por ejemplo, a Estambul. El galán colabora con varias empresas que ofrecen viajes de alto standing por las ciudades más importantes. Se alojan en el remodelado Pera Palace, el hotel favorito de Agatha Christie cuando viajaba a Oriente. Toman un baño turco en un hamman y se dejan embriagar por las vistas de la terraza del restaurante Pierre Loti, junto al viejo cementerio. Y vemos con otros ojos "-dice Grijalba- la Mezquita Azul y el Gran Bazar".

O a Londres pero el Londres con clase. Pocos hoteles internacionales pueden presumir de mayor glamour que el londinense The Dorchester, donde se aloja la pareja, "El barrio de Chelsea transmite la pujanza de la ciudad. Allí se encuentran establecimientos como la bella ostrería Bibendum, en el edificio Michelin. Una de las calles más caras del mundo es Courtney Avenue, donde está situada la Stanley House, la mansión de sir Henry, protagonista de la novela".

El humor y la frivolidad,cuenta ella, son un recurso para sobrevivir a los estragos de esa crisis que se ha cebado en esta sociedad en desaparición. "Reírse de uno mismo -dice ella- es una respuesta siempre inteligente que yo utilizo en mi novela. Pero no es lo mismo la decadencia de la aristocracia inglesa, que hace de ella glamour, que de esa clase marbellí que ya se ha acabado, entre Gunillas y Hollenhoes. Los paparazzis han dejado hace tiempo a Marbella y se han ido a Mallorca -dice ella-. Aunque hay otra Marbella más discreta y de dinero que sigue floreciendo en el mundo de los negocios".

Pero Silvia Grijalba habla también de la amistad, en este caso heterosexual para driblar "esa cansina moda de tener un amigo gay que aparece hasta en las teleseries". Esa amistad es una pauta de su novela" .

Pocos lugares, como Marbella, según contó ella ayer y cuenta en su libro, reflejan los cambios que han sufrido las clases adineradas, ese minúsculo porcentaje de la población que controla la riqueza. "La aristocracia nómada y básicamente europea de los años 50 y 60 del siglo XX fue dando paso, poco a poco, a los millonarios procedentes de Norteamérica y a las fortunas petroleras de Oriente Medio. Tras la caída de la URSS aparecieron los nuevos ricos del Este, a los que se sumaron los españoles enriquecidos con la burbuja de la construcción. La crisis económica lo ha trastocado todo".