A poco más de una semana para que la vorágine del Carnaval irrumpa con su habitual colorido y desenfreno, las costureras y tiendas de ventas de telas trabajan a contrarreloj para que ningún cliente se quede sin lucir su disfraz. Aunque hay previsores que se toman el Entroido muy en serio y ya incluso desde octubre comienzan a realizar los primeros encargos, lo más habitual es esperar al último día y vivir la locura de estas fechas antes incluso de ponerse la máscara.

Sobre esto tienen experiencia, y mucha, Carmiña y Lolita Nóvoa, responsables de A Tenda de Lolita e Carmiña, en A Estrada, desde hace trece años. "Los más previsores son los de las comparsas grandes, porque tienen que comprar muchas telas; la juventud procura hacerlos en casa, y a última hora", explica Carmiña, quien señala que tiene "muchos disfraces encargados". que deriva a costureras de confianza para que los confeccionen.

Disfraces para niños y para adultos "mayores" centran las encargas de disfraces a medida este año en este establecimiento estradense. Por el contrario, la gente joven tiende a confeccionarse su propio diseño. "Es muy gracioso, porque vienen a última hora y lo hacen ellos, con grapas", apunta Carmiña. "Con grapas y con el pegamento mágico que tenemos, que lo sujeta todo", añade Lolita. "Ese día nos mondamos de risa, porque ellos, a veces, no saben hacerlo, pero inventan", añade. Como clientela tienen "mucha juventud, quizás más de fuera que de aquí", reconoce Lolita. Vilagarcía, Cuntis, Vedra, Teo, Cacheiras tienen como referencia este establecimien to para engalanarse en la época más desvergonzada del año.

Medievales, princesas, tunos, pinochos y animales son clásicos que siguen pidiéndose. Por el contrario, según dicen ambas, vestirse de payaso "se ha quedado obsoleto" y las tradicionales sevillanas ya no tienen apenas adeptos. Ahora se siguen los patrones de la televisión. "Mucho Harry Potter y este año, especialmente, mucha imitación a Master Cheff", comenta Lolita.

Para Elena Suárez, de Amaños de Roupa, "el disfraz estrella es el de Lady Bag", un personaje de animación que triunfa entre las niñas, dice. Para niños, tiene encargas de viejo, de cerdo o de mago. Comenta que la mayoría de la clientela espera a quince días antes del Carnaval para hacer el disfraz, pedir arreglos de alguno ya comprado o ajustar el de años anteriores, una acumulación de trabajo que hace de esta "una de las épocas más estresantes" del año para las modistas.

Coincide con esto último Natalia Arca, costurera de As túas labores. "Ya hace quince días que no aceptamos más encargas", apunta. Es ella la responsable de hacer los disfraces. "Ya he hecho 50 y me quedan cerca de 40", asegura. Internet es la gran fuente de inspiración para muchos de sus clientes, que le llevan la foto para que le calque el modelo. Aún así, en su caso, el "furor" este año lo tiene en el escaparate: una capa de Frozen que todos piden como complemento al vestido de la afamada princesa.

Los festivales de los colegios son un filón para estas profesionales, a quienes las familias acuden por falta de tiempo o de conocimientos para coger una aguja y elaborar un buen disfraz de acorde a los gustos y ansias de diversión de los niños.