Los vigueses nunca fallan en su cita con la Reconquista. Ayer, pese a que los chubascos fueron una constante durante toda la jornada, miles de vecinos se acercaron hasta el mercado de época del Casco Vello para retroceder dos siglos y meter el miedo a las tropas francesas, que hoy serán expulsadas de la ciudad después de la representación que tendrá lugar en el barrio histórico a partir de las seis de la tarde.
La lluvia no frenó el ímpetu de la gente, que por momentos abarrotó el centro de la ciudad para realizar sus compras en los puertos de artesanía y comer los ya clásicos choripanes.
Como si del primer día de rebajas se tratara, la apertura de puertas del mercado coincidió con la llegada de los primeros curiosos.
"Son las mejores horas para venir y ver con calma todos los puestos", comentó Roberto Álvarez, habitual en la celebración.
Los comerciantes no dejaban de mirar hacia el cielo ante el temor de que las oscuras nubes descargasen abundante agua. "Es una pena porque la fiesta queda algo deslucida, aunque seguro que termina viniendo mucha gente", señaló Rosa González desde la Plaza de la Constitución.
Las actividades se repartieron durante toda la jornada. Clases de esgrima, charlas didácticas, cuentacuentos, talleres infantiles y sobre todo música. Los vecinos del Casco Vello y las diferentes asociaciones participantes volvieron a demostrar que a entusiasmo no les gana nadie.
Pequeños y mayores se lo pasaron en grande gracias a la gran ambientación. El mercado vuelve a abrir sus puertas hoy a las diez de la mañana y la cita, que concluirá ya por la noche, recreará la expulsión de los soldados galos tras una cruenta batalla.
