Nina -27 años- tiene una voz que deja estupefacto: frágil y poderosa, rugosa y dulce. Morgan, una máquina de tocar con maestría rock, soul, funk, blues y baladas, es Nina cantando al piano, más Ekain Elorza (batería), Paco López (guitarra y coros), Alejandro Ovejero (bajo) y David Schulthess (teclados). Es un descubrimiento para siempre. La banda madrileña, aclamada por público y crítica, infalible en directo, llega a Ourense el miércoles (Principal, 21 horas, entradas a 12 euros), en el marco de la ICC Week.

- ¿Es ajetreada la vida en una banda cada vez más famosa?

- Hombre, banda famosa no... Estamos muy contentos porque todo está yendo bien y la gente está recibiendo bien el nuevo disco.

- ¿Apreciáis un cambio en el número de seguidores desde la gira del primer disco, North , a esta de Air , que ya va por la mitad?

- En la misma gira de North ya notamos que la segunda vez en la misma ciudad había mucha más gente. Es bastante progresivo pero la gente se va apuntando y nosotros estamos muy agradecidos y lo disfrutamos porque entendemos que esto no tiene por qué pasar, para nosotros es algo casi milagroso.

- ¿Todavía os impresiona llenar un concierto, o habéis entrado ya en la fase de normalizarlo?

- Nos impacta muchísimo, desde el primero que vivimos, en el que nos mirábamos los unos a los otros como diciendo ¡cómo es posible! A día de hoy, igual. Vivimos en un estado de shock constante.

- La Nina desatada en algunas canciones es tímida y nerviosa, a veces, entre un tema y otro. ¿Vas consiguiendo vencer ese estado?

- Va a peor, de hecho. Lo importante es que durante las canciones estamos todos metidos. Entre tema y tema soy un desastre y creo que siempre lo seré; no tengo remedio.

- North , el debut, fue un disco largo, 13 canciones y casi una hora. En Air hay 9 temas, 40 minutos. Varias canciones quedaron fuera. ¿Buscabais un disco más corto?

- Lo que entendemos como disco y queremos transmitir es que, desde que empieza, se inicia un viaje. Han quedado tres temas fuera que nos gustaban también pero, al escuchar el disco entero, esas canciones nos sacaban un poco de ese viaje. Nos parece que con las 9 contábamos muy bien lo que queríamos y sonaba como queríamos.

- ¿Ha llamado a vuestra puerta alguna discográfica para aprovechar vuestro éxito creciente?

- Durante la gira de North, sí, nos reunimos con unas cuantas y estamos siempre agradecidos, pero de puertas para adentro no se ve tampoco esa vorágine increíble que notamos que se aprecia desde fuera. Para nosotros lo importante es seguir trabajando como hasta ahora y poder mantener las cosas bajo control, conservando también esas ventajas o esa libertad de poder trabajar a nuestra bola. Gracias a que el público confía en nosotros y viene a los conciertos podemos seguir haciendo las cosas así. El público nos da lo que necesitamos para poder seguir de esta manera.

- Fuera de las discográficas, el músico que se autogestiona hace de todo, toca, conduce, carga y monta instrumentos, firma discos.

- Trabajas el triple. Somos cinco más nuestro mánager, cada uno tiene su rol e intentamos cubrirlo todo. Si en algún momento no podemos controlar algo pediremos ayuda, pero por ahora lo llevamos bien. Aunque es muy intenso y supone mucho trabajo podemos disfrutar de otras ventajas, artísticas sobre todo. Va en favor de la música y de lo que nosotros creemos que a las canciones les sienta mejor.

- Another Road (Gettin' Ready) , el primer adelanto de Air , es una muestra de gratitud a la gente que os sigue, y también de la alegría de llegar a las ciudades y encontrar aforos llenos. ¿Hiciste la letra con las ideas del resto en la furgoneta?

- Sí, totalmente. Como la mayoría de canciones de este disco, está compuesta en la gira de North. Durante los últimos 16 conciertos, grabábamos entre semana y el fin de semana girábamos. Estaba todo muy ligado: la energía que traíamos de los directos la queríamos meter en el estudio, y también la tranquilidad que este te da la pretendíamos enfocar en los conciertos. La música de Another Road ya estaba grabada y sabía que la letra tenía que hablar de algo feliz. Les pedía cosas que pensaban y sentían cuando estábamos en la furgoneta. Las escribí todas, las cuadré y así quedó. Es una especie de cuento sobre qué sentimos y qué es importante, y eso es gracias al público.

- ¿Estás cansada de que te pidan que canten más en español?

- Lo entiendo y respeto todas las opiniones. Yo no lo puedo forzar. Realmente, si hiciese lo que todo el mundo me dice dejaría de ser yo. Si Morgan hubiera hecho todo lo que nos han dicho, también.

- Esa tesitura de voz y esa forma de cantar que tienes, desde la melancolía a la alegría, desde la tristeza a la euforia. De un tema como Home a Roar ; de The Child a Flying Peacefully . ¿Cómo es el proceso de creación de las canciones?

- Muchas veces me siento al piano porque estoy muy enfadada y hasta que no transcurre un rato no se me pasa. Y la mayoría de veces en que se me pasa es porque he cantado eso que estaba sintiendo. Otras veces, porque me encontraba de mejor humor, sale un poco más alegre. Tengo la sensación de que compongo cosas negativas o tristes y me apetece también escribir sobre algo feliz porque me apetece cantarlo.

- Padre guitarrista y madre cantante. ¿Fue clave esa influencia?

- Desde muy pequeña entendía que la música era algo muy importante de la vida; mis padres siempre lo han fomentado. Pero no es imprescindible. Por ejemplo, los padres de Paco, el guitarrista, no son músicos y él es un musicazo.

- Paco y Ekain evitaron que te fueras a Holanda y, quizá, que Morgan nunca llegara a existir.

- Estaba trabajando con Paco como corista de su banda y le enseñé algunas canciones que tenía, las grabé y él se las mostró a Ekain. Me dijeron que si quisiera quedarme, me ayudaban. El billete era para ir a buscarme a mí misma, había dejado la carrera y no encontraba mi sitio en el mundo. Así que sí, prácticamente me salvaron la vida.

- Has contado que Quique González te invitó a sumarte a su gira y tú tenías que trabajar ese sábado.

- Ya había cantado con ellos Charo en el programa de Buenafuente y en la presentación en Madrid. Quique me llamó un lunes y me ofreció que me incorporase como corista. El fin de semana la banda tocaba en Barcelona y Zaragoza y yo trabajaba en una tienda. Le dije que no sabía si me iban a dar el día libre. Él me aclaró que me ofrecía unirme a ellos para, a lo mejor, no tener que seguir en la tienda. Estoy muy agradecida a Quique.