Setenta parroquias peregrinarán mañana con sus imágenes, desde muy temprano, al santuario de A Franqueira, en A Cañiza, para participar en la multitudinaria romería de As Pascuillas. Allí, a su llegada, los romeros escenificarán con el pendón, el estandarte, la cruz y la imagen de sus parroquias los rituales ancestrades de cortesías y reverencias, transmitidas de generación en generación, para saludar a a la Virgen del Rosario y a los fieles de la parroquia de A Franqueira que la portan.

En el santuario se celebrarán misas a las 9.00, 10.00 y 11.00 horas. Mientras que la misa solemne, a la que asisten miles de personas, será a las12.00 horas en la carpa instalada en el lugar de Outeiro. Esa misa de mediodía estará presidida por el obispo de la Diócesis de Tui-Vigo, Luis Quinteiro, y estará concelebrada por los sacerdotes de las parroquias. Este año hará la ofrenda, en nombre de todas las parroquias, la de San Adrián de Meder.

Después de la misa, se celebrará la multitudinaria procesión, desde el alto del Outeiro hasta el santuario. Este camino de bajada es la oportunidad de los asistentes para ver pasar las comitivas procesionales, engalanadas para la ocasión. A diferencia de otras ediciones, este año la procesión acabará en el atrio del santuario, donde estarán instalados pedestales para posar a las imágenes, donde podrán ser visitadas hasta su partida por la tarde.

Ante la previsión de miles de asistentes, por seguridad habrá en la romería un punto de primeros auxilios bajo una pequeña carpa, atendido por médico y una ambulancia.

Obras

Los asistentes a la romería de As Pascuillas podrán ver el resultado de las obras que se realizaron en el entorno del santuario, financiadas por Turismo de la Xunta de Galicia y la Diputación de Pontevedra.

La calle de acceso al templo presenta una decoración en círculos que representan los siglos del cristianismo.

Por otro lado, se mejoró el cementerio viejo, donde se encontraba la antigua ermita de la Virgen, el Coto da Vella, donde se encontró la imagen, el vía crucis que quedó acabado y que conduce hasta la montaña de A Paradanta y la Neveira dos Frades, una edificación del siglo XVI donde se guardaba el hielo para la conservación de alimentos. Asimismo, se acondicionaron los miradores de la montaña.

Por otro lado, los caminos interiores y el alumbrado de la antigua villa franqueirana fueron también mejorados permitiendo ahora a los visitantes pasear por el interior de las estrechas calles donde en el siglo XVIII existían tabernas, mesones, puesto de correos, sastres, herreros, entre otros servicios.