Por su parte, la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo escribió en un tuit: "La muerte siempre es un proceso doloroso y emocionalmente muy difícil. Pero cuando cabe evitar los sufrimientos prolongados de un ser humano que, libre y conscientemente, desea acabar con esa situación, tenemos el deber ético como sociedad de reconocer ese derecho".

A día de hoy, el Código Penal regula en su artículo 143 señala que el que induzca al suicidio será castigado con la pena de prisión de cuatro a ocho años y el que coopere con actos necesarios al suicidio de una persona podrá ser condenado a entre dos y cinco años. Si la cooperación implica ejecutar la muerte, esa condena sería de seis a diez años de prisión. Pero si se considera a una persona responsable de cooperar con el suicidio de otra persona (entre dos y cinco años de cárcel), la pena inferior en uno o dos grados iría de seis meses a dos años de prisión.

El debate sobre la despenalizavión de la eutanasia rebrota en España tras la detención, ayer en Madrid, de Ángel Hernández por suministrar una sustancia para ayudar a morir a su esposa, María José Carrasco, de 61 años, en fase terminal de una esclerosis múltiple. El matrimonio grabó dos vídeos, el martes y el miércoles, en los que ella expresaba su consentimiento y la petición de que su marido la ayudara a morir. En estos vídeos, él le dice: "Me lo has pedido muchas veces, muchas veces, más de las necesarias, pero, claro, yo confiaba en que se iba a aprobar lo de la eutanasia, pero visto lo visto...". Y ella responde: "Adelante". El debate político sobre la regulación la eutanasia quedó paralizado por el anticipo electoral.

María José Carrasco fue diagnosticada de esclerosis múltiple en 1989 y tenía una discapacidad del 81 por ciento. Había expresado a su marido "muchas veces" su deseo de fallecer El miércoles lo logró. Su esposo Ángel Hernández, también escribió hace días una carta en la que relataba el sufrimiento de su esposa. En la misiva, se dirigía a los "negacionistas" de la eutanasia para pedirles que fuesen conscientes "del dolor que ocasionan a todos aquellos que como María José y su familia sufren por su actitud".

Solicitó a los legisladores que evolucionen hacia posiciones menos contrarias a la eutanasia para evitar que alguien que lo necesite tenga que transitar por los mismos caminos que ellos. "Los cuidados paliativos y de buena calidad como los que ha recibido María José deben ser un derecho de todos aquellos que los necesiten y demanden, pero también tiene que existir el derecho al suicidio asistido cuando una persona como María José así lo pida", escribió.

También afirmó que los cuidados paliativos "no son una alternativa a la eutanasia, los dos deben coexistir, y por libre elección decidir por uno de ellos". "Somos defensores de que la eutanasia sea considerada como un derecho de libre elección de toda persona que arrastre una enfermedad irreversible que le produzca una existencia de dependencia y sufrimiento que no desea", añade.

Miguel Ángel Presno, profesor de Derecho Constitucional, miembro de la asociación Derecho a Morir Dignamente, opinó que "éste es un caso de libro. Yo supongo que el hombre se irá a su casa, no hay razón para que haya una prisión preventiva. No debería ser un delito, no es una conducta que deba a ser reprochada, al contrario".

Anoche, Ángel Hernández quedó en libertad sin medidas cautelares tras prestar declaración ante el juez. Sus primeros palabras fueron para agradecer a los medios el apoyo a su caso.

"He declarado todo lo hice por mi mujer y ahora me encuentro afectado y asumiendo su fallecimiento. Los funcionarios y la Policía ha empatizado conmigo, se han portado muy bien y estaban de acuerdo conmigo; me lo han dicho expresamente", manifestó.

Ángel señaló que todo lo que hicieron "viene de lejos" y asume que él "le dio el producto" que acabó con su vida aunque desconoce cuál será su proceso judicial. "Mi mujer me lo ha pedido siempre y en los últimos cuatro meses me lo pedía constantemente. Mi mujer cuando lo decidimos me lo comentó: 'A mí no me va a llegar la eutanasia, que sea por los demás'", dijo.

Preguntado por si podía convertirse en un referente de la lucha por la muerte digna, el acusado afirmó que no sabe si lo será, pero pidió a los medios "que se dediquen a la gente que tiene este problema porque su aunque su mujer ha fallecido y en parte ya no le hace falta, hay mucha gente que está en la misma situación y hay que ayudarla".

Ahora irá a su casa, se duchará y dormirá porque no lo ha hecho en las últimas 48 horas. También preparará el funeral de su mujer, que se encuentra ahora en el Instituto Anatómico Forense, que será incinerada "sin espectáculos".