El Consorcio de Seguros indemniza los daños de la manga marina de enero en Cambados

El Consorcio de Compensación de Seguros asumirá las indemnizaciones de los daños causados por la manga marina que el 17 de enero pasado afectó a varias propiedades de O Couto de Abaixo, en la parroquia cambadesa de Castrelo. El fenómeno atmosférico también se dejó sentir en Nantes (Sanxenxo), pero esta localidad no figura en la relación de zonas en las que asumirá las indemnizaciones el Consorcio. Según los informes técnicos elaborados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la manga marina habría originado vientos de más de 120 kilómetros por hora.

El fenómeno se originó a mediodía del 17 de enero en las proximidades de la isla de Ons, donde se registraron vientos de hasta 140 kilómetros por hora, según Meteogalicia. Posteriormente, se dirigió a tierra y entró en O Salnés por Nantes. Lejos de deshacerse poco después, realizó un recorrido de varios kilómetros hacia el norte, llegando finalmente a O Couto de Abaixo, en Castrelo (Cambados).

Allí, los fuertes remolinos de viento dañaron los tejados de una decena de viviendas y de una nave, tiraron un par de muros de cierre y rompieron los plásticos de al menos un invernadero. También arrojaron por el aire una caseta de obra y desplazaron varios metros los pesados contenedores de la basura, hasta dejarlos tirados en una finca. Los daños en Nantes habían sido mucho menores.

Los técnicos de Meteogalicia afirmaron que la manga marina es un fenómeno “bastante inusual”, similar a un tornado en sus efectos y que resulta imposible de predecir. Se produce cuando la circulación de aire genera una estructura en embudo que va desde la parte más baja de una nube hasta el suelo. Cinco años antes se había registrado otra en la misma parroquia de Castrelo, en Xesteira, una aldea próxima a O Couto de Abaixo.

Sanxenxo no figura en la lista de localidades afectadas por el episodio

Tras el suceso, los técnicos de Aemet realizaron un informe para el Consorcio de Compensación de Seguros. Para estimar la velocidad del viento -este dato es que el marca la diferencia entre quién asume las indemnizaciones, si los seguros privados o el Consorcio- tuvieron que tomar datos de estaciones meteorológicas próximas, de radares y satélites, puesto que una manga marina está tan localizada en un punto concreto que es difícil que sea captada por una estación. También examinaron los daños producidos en Castrelo.

Desperfectos sin arreglar

Los desperfectos fueron cuantiosos, y aún no están arreglados todos. Hay familias que sí solucionaron los problemas más urgentes, sobre todo los que afectan a los tejados, pero que todavía están pendientes de resolver otros, “porque las empresas de construcción tienen mucho trabajo y no han podido venir aún”, afirmaba ayer una afectada.

En todo caso, las compañías de seguros particulares de cada propietario ya han respondido por los daños, y ahora serán estas empresas las que deberán pasar las facturas al Consorcio, para que esta entidad les reembolse el dinero ya abonado.

Las mangas marinas suelen confundirse muy a menudo con otros fenómenos más habituales, como las llamadas bajadas de aire a suelo, que causan daños muy semejantes, apuntaron en Meteogalicia. Se diferencian en que la estructura de la manga marina es diferente, aunque los daños que causa a su paso son muy parecidos.

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