La maternidad está siempre en el ojo del huracán. Demasiado peso de la religión, la tradición y una sociedad patriarcal han llenado de estereotipos una fase de la vida que, aunque llena de luces, también tiene sombras, y no pocas. Sin embargo, mientras las virtudes de crear una nueva vida se cuentan con luces de neón, la cara más dura de la maternidad se minimiza, mejor dicho, directamente se oculta. Eso se traduce constantemente en frustración y falta de aceptación por parte de las madres que deben enfrentarse a un sinfín de sentimientos y sensaciones.

Parece que tras dar a luz debe producirse un flechazo entre madre y bebé, que ambos deben flotar entre nubes, que el instinto maternal debe borrar todo rastro da la mujer que fue antes que madre. Las imágenes que se asocian a la maternidad muestran situaciones perfectas desde el minuto cero pero ni rastro de sangrados, entuertos o grietas en los pezones.

El amor está ahí en la amplia mayoría de los casos, eso no quita que para algunas mujeres la maternidad no sea lo que esperaban. Algunas incluso levantan polvareda con sus opiniones. Solo hace falta pensar en las controvertidas declaraciones de la periodista Samanta Villar cuando dijo abiertamente que su vida era peor desde que era madre.

Ahora, es una actriz la que ha declarado abiertamente que odia la maternidad y ha promovido el proyecto social "Madre Arrepentida". Se trata de Karla Tenório, una actriz y escritora brasileña de 38 años que se ha hecho viral en redes sociales por sus cometarios sobre la idea romántica de la maternidad, pues es algo que detesta.

El pasado siete de mayo, en una intervención en el portal Universa, la mujer abordó el tema abiertamente. "Soy Karla Tenorio, tengo 38 años, soy actriz, escritora, tengo una hija de 10 años y soy una madre arrepentida. Convertí mi angustia en un movimiento de apoyo a mujeres como yo: a las que no les gusta la maternidad . Soy la creadora de la 'Madre Arrepentida' que tiene como objetivo liberar la voz de las madres que no son felices como madres, que sufren y se sienten culpables por la maternidad".

"Odio ser madre desde que salió la cabeza de mi hija durante el parto. En ese momento me pregunté si no había vuelta atrás, pero no pude". comenta. Tras el parto, la presión excesiva precisamente por ser esa madre perfecta desembocó en una psicosis postparto, un trastorno mayor aún que la depresión postparto. Para colmo de males, explicar como se sentía estaba (y está) absolutamente mal visto.

En múltiples ocasiones, esta madre que se declara feminista, insiste en que todo esto no significa que no quiera a su hija, por la que manifiesta constantemente un gran amor. A través de sus redes sociales se afana en explicar el cumulo de circunstancias que intervienen en su sentir y en su mensaje. Sea como sea, la controversia está servida.