La convicción, casi la certeza, de que Rubén Blanco tendrá que pasar en unas semanas por el quirófano para solucionar su problema en la rodilla izquierda ha llevado al Celta a romper la norma no escrita de dejar la portería en manos de un futbolista de la cantera. Por primera vez en ocho años, el club vigués abordará, por recomendación del técnico, Eduardo, el Chacho, Coudet, el fichaje de un guardameta ajeno a la casa.
El Chacho cree que Iván Villar está aún verde para asumir la defensa de la portería por un periodo prolongado de tiempo y con Rubén fuera de escena por varios meses el fichaje de un guardameta experimentado se ha convertido en una prioridad. Se trata, sin embargo, de una solución provisional, pues el Celta sigue pensando en Rubén e Iván como sus porteros a medio plazo. Por este motivo, la dirección deportiva busca un portero de un perfil muy específico, que venga por una sola temporada y por el que no haya que pagar traspaso.
Las premisas son claras: se busca guardameta con experiencia, que frise o rebase la treintena, aporte temple a la portería y al mismo tiempo favorezca la evolución de Rubén, incrementado la competencia en el puesto. El Celta se propone firmar, asimismo, un cancerbero que, llegado el caso, si Rubén es capaz de recuperar la titularidad, acepte la suplencia sin generar problemas.
Una de las exigencias que Coudet ha puesto sobre la mesa es que el guardameta que se ficha domine de forma fluida el español. Para el entrenador del Celta la comunicación entre el portero y los defensas es crucial. La suplencia de Joseph Aidoo el pasado curso tuvo, de hecho, mucho que ver con las dificultades del zaguero ghanés para desenvolverse en castellano. Los porteros españoles y sudamericanos con pasaporte europeo tendrán preferencia.
La fórmula de contratación preferida será la cesión. Para una solución temporal, se considera la ideal. No obstante, se contempla la posibilidad de incorporar a porteros libres, siempre que acepten un solo año de contrato.
Este podría ser el caso de Miguel Ángel Moyá y Sergio, el Gato, Romero, dos de los guardametas que figuran en la agenda celeste. El portero balear concluye el próximo 30 de junio contrato con la Real Sociedad y está sin equipo. En idéntica situación se encuentra el portero argentino, bien conocido con Coudet, que a final de mes se desvinculará del Manchester United.
La opción de Miguel Ángel Moyá, de 37 años, gusta a la dirección deportiva por su experiencia y profesionalidad. El meta balear tiene sobrada experiencia y jerarquía, conoce perfectamente LaLiga y ha acreditado un gran compromiso y profesionalidad en todos los equipos en que ha estado (Mallorca, Valencia, Getafe, Atlético de Madrid y Real Sociedad), tanto cuando ha sido el portero principalcomo cuando ha tenido que conformarse con un papel secundario, como ha ocurrido en los últimos años en el cuadro colchonero y el conjunto txuri-urdin, donde ha estado a la sombra e Jan Oblak y Antonio Remiro, respectivamente.
Sergio, el Gato, Romero, de 34 años, ha sido internacional con Argentina y es un viejo conocido de la afición celeste desde la semifinal de la Europa League de 2017 frente al Manchester United. Romero reúne también los requistos que busca el club y cuenta con el visto bueno del técnico céltico, que lo conoce perfectamente desde hace tiempo. Lo normal es que tenga otras opciones que le garanticen un contrato más largo. La opción del Celta podría ser precisamente el poder de convicción de Coudet.
