El polémico penalti perpetrado por Jorge Figueroa Vázquez el pasado martes en Orriols todavía colea, a pesar de que el paradón de Matías Dituro al lanzamiento de Roger Martí convirtió la cacicada del árbitro andaluz, con la complicidad del VAR, en una grotesca anécdota.

Nada hubo en la jugada que pudiese interpretarse como pena máxima, hecho que no impidió al colegiado andaluz señalar sin dudar un instante el punto fatídico y ratificarse incomprensiblemente en el error después de ser llamado a consultas por el VAR para que revisase la acción.

Vázquez Figueroa no solo obvió una mano previa de Roger que habría invalidado la acción, sino que castigó con la máxima pena un balón que le rebotó a Iago Aspas con la mano pegada al cuerpo.

Aunque Eduardo, el Chacho, Coudet pasó de puntillas por el desaguisado arbitral en la rueda de prensa posterior al choque el capitán, Hugo Mallo no ha querido dejar pasar por alto lo que considera el deficiente funcionamiento de un instrumento diseñado para mejorar el fútbol que demasiadas veces solo genera confusión.“Tenemos el VAR, pero la herramienta no funciona, no va”, concluye el capitán céltico en recientes declaraciones a Radio Galega. “La herramienta tiene que ver cómo hace el control Roger, porque para mí, en ese momento, es mano de Roger. Si pitas la de Iago, que para mí no lo es, para mí tienes que pitar antes la de Roger. A ver si de una vez por todas espabilamos”, exige.

Pero incluso obviando la mano previa de Roger, el penalti señalado al Celta choca frontalmente con los nuevos criterios que la reglamentación ha establecido para las manos en el área, que eximen de castigo a la acción de Aspas. La conclusión de todos los expertos que analizaron la jugada fue unánime: el penalti tan solo existió en la imaginación de Vázquez Figueroa.

No es la primera vez que el Celta sufre un atropello del VAR. Hace un par de temporadas el cuadro celeste vivió otra injusticia similar en el estadio de Son Moix cuando, en este caso, el bilbaíno Ricardo de Burgos Bengotexa castigó a Santi Mina con un penalti por aproximación, es decir, sin contacto alguno, a Dani Rodríguez. El VAR se desentendió de la decisión después de reexaminar la jugada durante cinco minutos –la revisión más larga de la Liga hasta la fecha– y al colegiado la faltó coraje para rectificar su error inicial.

Por otra parte, ayer se dieron a conocer las designaciones arbitrales para la séptima jornada de Liga, que el Celta cerrará el próximo lunes en Balaídos (21.00 horas Gol TV) ante el Granada.

El encargado de dirigir la contienda será el asturiano César Soto Grado, quien alcanzó la máxima categoría hace un par de temporadas y que solo ha pitado dos partidos al Celta, ambos el pasado curso, con resultado de una derrota (frente al Sevilla, en el Sánchez Pizjuán, en el debut de Coudet) y una victoria, en casa contra el Mallorca (2-1).