Fran Beltrán y el Celta sellaron su unión hasta el año 2026. El jugador manchego ha firmado su renovación con el equipo vigués por tres temporadas más (su contrato acababa en junio de 2023) y se afianza en el proyecto de futuro del Celta al tratarse de uno de los futbolistas con mayor proyección dentro de la plantilla.

Beltrán y el Celta hace tiempo que habían dejado el acuerdo cerrado. Ya antes de las vacaciones de Navidad el futbolista se comprometió a seguir en Vigo y solo quedaban por resolver los trámites burocráticos de la firma, algo que se acaba de producir esta semana.

Esta mañana el futbolista compartió en su perfil de Twitter su agradecimiento al club por la "confianza" depositada en él y al celtismo por su "cariño", en un mensaje que comenzó con la frase "A nosa historia continúa", y es que, desde su llegada, su compromiso con la ciudad y sus ciudadanos ha llegado al punto de querer reflejar en sus tuits el esfuerzo por redactar en gallego, como una muestra de respeto a la lengua de su tierra de adopción.

"En 2018 encontré en Vigo el mejor club para crecer y una ciudad genial para vivir. Tres años y medio después tanto mi familia como yo seguimos pensando lo mismo", añade Beltrán a ese mensaje que concluye con un "¡A por más juntos!", y que completa con un montaje en vídeo de sus vivencias en el club y en Vigo, tanto dentro como fuera del campo.

El centrocampista, por quien el Celta pagó ocho millones de euros al Rayo Vallecano hace casi tres años, era considerada en Vigo una pieza esencial. Su juventud y el peso que se ha ganado en los últimos meses para convertirse en pieza esencial de Coudet, convertían su continuidad en una necesidad imperiosa para la dirección deportiva. La buena sintonía con su agencia de representación (la de excéltico Juan Sánchez y Tárraga) también ayudó a alfombrar el acuerdo.

El Celta también ha celebrado en su perfil oficial de Twitter la continuidad del centrocampista con un tierno vídeo que refleja el respeto y el aprecio que los aficionados del Celta le han tenido desde su llegada. Dos mayores conversan en la terraza de una cafetería, a la que llega Fran Beltrán, quien, mientras toma un café, escucha cómo hablan de él estos seguidores. Grandes halagos que reflejan el sentir de buena parte del celtismo, y que el jugador agradece invitándoles a su consumción, para despedirse con un "deica logo".